Carlos Fernando Chamorro, uno de los últimos referentes del periodismo independiente en Nicaragua, denunció ayer “actos de intimidación y espionaje político”, de lo cual responsabilizó a “agentes que se identifican como oficiales del Ejército de Nicaragua y operadores del partido de Gobierno, FSLN”.
“En los últimos años, la redacción de Confidencial y Esta Semana ha sido objeto de una escalada de intimidación instigada por la política oficial que persigue restringir la libertad de información y expresión en Nicaragua”, señaló el comunicador, quien también dirige el programa de televisión “Esta Noche” y el Centro de Investigaciones de la Comunicación (Cinco).
“Estas acciones incluyen campañas de desacreditación contra periodistas a través de medios oficiales, agresiones físicas y amenazas directas e indirectas, intimidación a través del uso de los medios legales del Estado, bloqueo sistemático al acceso a la información pública, represalias contra familiares de periodistas que trabajan en el sector público, y actividades ilegales de espionaje político contra periodistas”, señaló Chamorro.
Según la narración hecha en las oficinas del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh), dos trabajadores del diario digital Confidencial, que él dirige, recibieron la visita de personas que les pidieron “colaborar”, pasando información específica sobre seguridad física e informática.
En el primero de los casos, ocurrido el 20 de septiembre pasado, refirió que un trabajador del área administrativa recibió invitación de un conocido, para hablar sobre una oferta de trabajo, que en realidad era una propuesta para pedir que les pasara los nombres de los diplomáticos, empleados del gobierno, periodistas, y activistas contra el canal interoceánico que visitaran la sede de Confidencial, así como el número de placa de los vehículos en que se transportan.
El empleado administrativo fue contactado por dos personas que se identificaron como Rafael Moreno y Ramón Abarca y decían ser operadores del partido gobernante FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional). Ambos habrían argumentado que necesitaban esa información porque Confidencial “les estaba causando daño a las actividades del FSLN en la campaña electoral”.
Según Chamorro, los dos individuos también le pidieron una copia del disco duro en el que se trasladan los programas de televisión “Esta Noche” y “Esta Semana” hacia el Canal 12, donde se transmiten seis de los siete días de la semana.
Al negarse a compartir esa información, dijo Chamorro, también le pidieron que le permitieran al menos fotografiar el disco duro para buscar formas de manipularlo, a lo que también respondió que no. Esas peticiones no solo las hicieron en ese momento sino que con insistentes llamadas posteriores.
Procedimiento utilizado
Dos días después, un segundo trabajador con acceso al área técnica y a los sistemas informáticos de Confidencial, “Esta Noche” y “Esta Semana”, recibió en su domicilio, la visita de alguien llamado Walter Abarca, que se identificó con un carnet del Ejército, para solicitar información de seguridad.
“Según hemos constatado en las propias memorias del Ejército, Walter Ramón Abarca Flores es un oficial que fue ascendido al rango de teniente primero el 2 de septiembre de 2014”, dijo Chamorro.
Según la denuncia presentada, el técnico refirió que Abarca le pidió información sobre las condiciones de seguridad de las oficinas de Confidencial, sobre el entorno de trabajo de los periodistas, sobre los asuntos que discuten y los temas que investigan, o cómo se llevan a cabo las reuniones para definir la agenda.
Ante la negativa del técnico, el oficial Abarca volvió a la carga, esta vez pidiendo datos sobre la seguridad informática de Confidencial, el funcionamiento del sistema antivirus, y las contraseñas para acceder al sitio web del conglomerado de medios de comunicación.
Las presiones sobre estos dos trabajadores ocurren después que en 2013, el periodista Ismael López, (que ya no trabaja con Chamorro), fuera interrogado por un mayor y un capitán de la Dirección de Información para la Defensa (DID), del Ejército de Nicaragua, “quienes lo sometieron a un interrogatorio sobre asuntos políticos, en una labor de acoso y espionaje”.
Chamorro dijo que no interpondría una denuncia ante las autoridades militares por este nuevo acoso, pues ya lo hizo la primera vez y recibió por respuesta que no iniciarían ninguna investigación, porque “el Ejército no hace labores de espionaje”.
Dijo que tampoco interpondrá una denuncia ante la Policía Nacional, cuerpo que está entregado plenamente a las decisiones que se toman en la Secretaría del FSLN.
Lo que sí hizo, además de interponer la denuncia ante el Cenidh, fue informarle de la situación al cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo de Managua y presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, y ante el obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, “quienes conocen de primera mano estos hechos, y aceptaron ser testigos y garantes de esta denuncia”, aseguró Chamorro.
La doctora Vilma Núñez de Escorcia, presidenta del Cenidh, dijo que pondrían en conocimiento de los hechos a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, así como a organismos especializados en protección de los periodistas, como Artículo XIX y Reporteros Sin Fronteras.