Joven asesinado planeaba irse a Estados Unidos

Hace tres meses, mareros lo amenazaron porque no quiso integrarse a la MS. Para conjurar esa amenaza, Mario hacía planes para irse del país el 10 de octubre 

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Cuando denunció le habrían dicho que “recibir amenazas era algo normal”.  El joven estaba decidido a irse ilegal para reunirse con su padre en Estados Unidos. 

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05 October 2016

Mario Ramírez recién había regresado de clases cuando fue sorprendido por sus asesinos. Hacía tres meses que lo habían amenazado pero, aparentemente, él creyó que el peligro estaba por ser conjurado. Se equivocó.

A sus 16 años, Mario estudiaba segundo año de bachillerato en el Centro Escolar Delfina de Díaz, de la ciudad de Guazapa, 34 kilómetros al norte de San Salvador.

Mientras sus demás parientes cenaban, él decidió sentarse en el umbral de la puerta de su casa que da a una de las calles del barrio El Calvario, en el centro de la ciudad.

Le dispararon varias veces. Mario cayó sin vida. Y con él se fueron los sueños de Manuel, su padre, residente en Estados Unidos.

Sus familiares solo escucharon los disparos. Pero hay gente que vio a los pandilleros que lo mataron. Porque no andaban con rostros cubiertos. 

Planeaba viajar

Para conjurar el peligro de que le mataran a su hijo, Manuel había decidido llevárselo con él. Ya le tenía listo trabajo.

Todo estaba dispuesto para que Mario viajara el 10 de octubre. Lo haría de forma ilegal, como muchos jóvenes que huyen de la violencia o escapan de la presión de las maras por reclutarlo a sus filas.

Hace tres meses, Mario fue amenazado precisamente por miembros de la Mara Salvatrucha.

Él no quiso integrarse a esa agrupación criminal. Es lo que cuentan sus parientes y también las autoridades basándose en las primeras indagaciones sobre el crimen.

Y el lunes en la noche le cobraron esa osadía.

Manuel cuenta que su hijo estaba contento porque se iría para Estados Unidos. Sin embargo, no se sabe cómo los mareros se enteraron que estaba a punto de escapar de El Salvador. Escapar de morir o escapar de ser pandillero.

Mario se resistió a esto último pero le costó la vida.

De acuerdo con algunos parientes de Mario, el joven puso la denuncia en la policía. Al parecer, lo que le dijeron algunos agentes fue algo así como que recibir esas amenazas era algo normal, que en todo el país se vivía la misma situación de inseguridad.