Familia vende minutas en coloridos carretones

A la fecha tiene más de 15 años de dedicarse al negocio en Santa Ana.

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Los Medina lucen con orgullo sus carretones

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29 September 2016

SANTA ANA. La familia Medina no solo modifica los sabores de las minutas que vende, sino también los “carritos” en que las transporta todos los días para su venta por la “ciudad morena”.

 Las calles de la ciudad se visten de colorido cada vez que los carretones de esta familia santaneca salen a vender, ya que constantemente están cambiando la presentación de los “carritos” que se han convertido en una de las novedades, que a diario son admirados por propios y extraños, pero de forma especial por los niños.

Si bien es cierto que el micro negocio comenzó en 1997, no fue sino hasta fue diez años después que se les vino la idea de modificar la unidad móvil para volverla más atractiva a la población, con el objetivo de conquistar más clientes cada día.

Ronald, de 21 años, es el menor de los tres hermanos y explica que tienen 19 años de estar en el negocio. Aunque aclara que no fue sino hasta el año 2007 que tomaron la decisión de transformar los tradicionales carretones en carritos modificados.

“Todo inició cuando mis padres se quedaron sin trabajo y no nos quisimos quedar de brazos cruzados; y decidimos salir a vender en otro carretón, frescos y minutas y luego nos quedamos solo con las minutas; y como mi padre se dedicaba a modificar carros y mis hermanos también, pues de ahí surge la idea”, agregó Sánchez, quien agregó que también buscan generar mayor atracción y curiosidad entre la población para vender más producto.

La iniciativa surgió en la mente de don Héctor Wilfredo, quien ya tenía conocimiento de la mecánica en obra de banco (elaboración de artículos con hierro). Poco a poco, transformó el primer carretón y además de la modificación en su forma también pensó en los accesorios. Fue así como comenzaron a colocarle insignias de autos, buses y camiones, añadió.

Crecimiento

Aunque comenzaron con un solo carretón, hoy en día ya tienen tres y están por poner a funcionar otro el próximo año. 

Además de la transformación física también pensaron en el cambio de nombre. Es así como dos de sus carretones han sido denominados: Gran Torino y Regalo de Dios.

Para hacerlos más atractivos a los potenciales clientes, pensaron en agregarle distintivos, accesorios y marcas de automóviles.


Tanto es así que, a la fecha, en promedio utilizan 128 insignias de diferentes marcas de autos en sus tres carretones. 

Además, han colocado marcadores, espejos retrovisores, claxon (pitos) y hasta llantas de auto con rines número 13. 

También hacen uso de la infaltable sombrilla que los protege del sol y la lluvia  y, de paso, de que el hielo no se derrita rápidamente por la candente temperatura.

“Siempre que haya una oportunidad hay que aprovecharla, sea de un negocio o en el estudio. Para mí, la falta de empleo fue el principal motivo para que nosotros pensáramos cómo podíamos salir adelante. Aunque al principio nos daba pena, pero con el tiempo uno se acostumbra al ver que está sacando para los frijolitos de cada día honradamente”, reconoció  Ronald.