Dos años después de que cuatro ametralladoras M-60 fueran hurtadas del Regimiento de Caballería en San Juan Opico, La Libertad, las autoridades incautaron el sábado la última que les faltaba encontrar.
Las armas fueron sustraídas en junio de 2014 del almacén de dicha unidad militar.
En mayo de 2015, tres de ellas fueron localizadas dentro de un vehículo abandonado en la colonia La Chacra, de Ahuachapán.
En esa ocasión la Policía y Fiscalía informaron que no habían hecho capturas y que el carro donde estaban las armas tenían pocos días de haber sido robado en la colonia Costa Rica, de San Salvador.
La ametralladora decomisada con 150 cartuchos, estaba dentro de una vivienda que pandilleros utilizaban para planificar delitos en el caserío Sitio Roma, en el cantón Talcualuya, en San Juan Opico, La Libertad.
Junto con esa arma incautaron una escopeta y dos fusiles: un AK-47 y otro 3030, con sus respectivas municiones.
Los delincuentes que estaban en poder de las armas lograron escapar, informaron la Policía y Fuerza Armada.
Tras la desaparición de las ametralladoras del Regimiento de Caballería, el Ministerio de la Defensa Nacional dijo que las ametralladoras son del calibre 7.62 mm. y pueden disparar más de 500 balas por minuto con un alcance efectivo de poco más de mil metros.
En su momento, las autoridades señalaron que las ametralladoras presuntamente iban a ser enviadas a Guatemala. Sin embargo, los traficantes las abandonaron tras enterarse de que la Policía y Fiscalía les seguían los pasos.
En otro hecho, el sábado, un grupo de militares se enfrentó a balazos con delincuentes en un municipio de Cabañas.
Tras la balacera los soldados aprehendieron a dos jefes de una pandillas, a quienes les decomisaron una subametralladora UZI, un revólver, una pistola 9 milímetros, municiones y droga. El Tacuba, Ahuachapán, arrestaron a un hombre que portaba un fusil.