Santiago Sánchez tiene ya 18 años de haber comenzado la construcción de un túnel en el municipio de Berlín, Usulután, asegura que "es una revelación espiritual de parte de Dios realizar ese trabajo".
"Soy un enviado, no siento nada, no cualquiera baja", confiesa cuando le preguntan cómo hace para descender y trabajar a gran profundidad.
Al menos una hora es necesaria para conocer el final de la estructura, a la cual solo Santiago logra llegar.
"Hay gente incrédula, que dicen ese maitro está loco, la gente no sabe lo que Dios le propone a uno", Isabel Ventura, esposa de Santiago.
Un equipo de periodistas de Univisión visitaron el lugar y esta fue su experiencia.