"Su" futuro es "su" responsabilidad

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15 febrero 2014

¡Si dejas tu futuro en otras manos, no importa lo que te pase, cuando te lamentes, tendrás alguien a quien culpar! Esto me lo dijo un maestro hace muchos años para que entendiera el sentido de tomar mis propias decisiones.

¿Y qué resuelve, tener a quien culpar por lo que me suceda en el futuro? ¡Nada, no resuelve nada! Pues esto es lo que les puede suceder a quienes "intencionadamente" se autoexcluyeron y conscientemente no fueron a votar.

Nuevamente, la democracia se basa en la participación y las leyes en los países democráticos prevén que el presidente será quien obtenga la mayoría de los que vayan a votar, sin importar cuál porcentaje de la gente que va a votar.

La disciplinas de los partidos que comprometen a sus afiliados, o los convencen con promesas o regalías para que vayan a votar, si consiguen la mayoría, ganan las elecciones. ¿Y qué pasa con los que no fueron? Sencillamente, que tienen que asumir lo que decidieron otros por ellos.

Ojo. A menos de 600 kilómetros en línea recta tenemos dos ejemplos, de un país donde la democracia desapareció desde hace más de medio siglo y otro en el que sin darse cuenta, pronto desaparecerá. ¿Queremos lo mismo para El Salvador? Yo creo que no, porque va contra la naturaleza de los salvadoreños. Sobre todo para las clases medias y quienes tienen voluntad de desarrollo personal y profesional, conservar la libertad es indispensable. Las próximas elecciones, al margen de que los candidatos les gusten o no les gusten, sobre todo se trata de decidir sobre la dirección que tomará el país y que una vez encarrilada no habrá marcha atrás.

La dos ventajas más importantes de la democracia son, una que frente a las urnas todos somos iguales y cada voto cuenta por uno. Y que si no nos gustan los gobernantes, en las siguientes elecciones los podemos cambiar.

Esta alternativa política permite que los países se mantengan libres, no hayan dictaduras y las naciones progresen. Estados Unidos, Inglaterra, Alemania, Suiza, España, son ejemplos de países que en los períodos que marcan sus constituciones, eligen nuevamente a sus gobernantes.

Pero ¿por qué la gente no fue a votar? Preguntando a tres respondieron: no era seguro ir a votar, la JRV estaba en la zona dominada por la delincuencia, me dijo uno. Otro: Ningún candidato ha conseguido convencerlo. Y el tercero, gane quien gane, seguirá la corrupción.

Al primero se le daría satisfacción protegiendo mejor las JRV, que ya se sabe se encuentran en lugares peligrosos; al segundo le expliqué que ningún candidato es perfecto y que votando decide la dirección que tomará el país. Y al tercero, que la corrupción es una debilidad crónica humana, que va ligada al poder y ha existido siempre en todo el mundo.

*Ingeniero. Columnista de El Diario de Hoy.

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