El ausentismo de la votación presidencial

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04 febrero 2014

Conociendo los resultados de la elección presidencial, en donde se obtuvo por parte del FMLN, 48.96%; ARENA, 38.96%; Unidad, 11.40%; FPS, 0.43%; PPS, 0.25%, con una participación total de 53%, podemos decir que el ganador fue el FMLN a causa del ausentismo.

A pesar del incremento de personas inscritas en el padrón electoral, y que tenían la posibilidad de votar una gran cantidad de jóvenes votantes, además del voto residencial en todo el territorio, la decisión fue de no acudir a las urnas el día domingo. De un padrón de casi 5 millones de personas, sólo un poco más de la mitad asistió. Si en las elecciones presidenciales del 2009 se había logrado un 65%, vale la pena reflexionar profundamente sobre esta situación, para buscar revertirla en la segunda vuelta.

Nos encontramos en un país sumamente dividido; por ello, las dos fuerzas políticas tradicionales siguen acaparando a la mayoría de los votantes, los partidos pequeños no han logrado cautivar al electorado. Sigue siendo un juego de las dos fuerzas antagónicas postguerra. A pesar de esta situación se debe reconocer que la jornada electoral se llevó a cabo en un ambiente pacífico y las emociones no trascendieron a niveles violentos. Se aprecia una cultura más tolerante y armónica que debe mantenerse en la segunda vuelta. Este es un elemento muy positivo de la evolución democrática y la cultura política que debe valorarse.

Sin embargo, se resalta la nota discordante que es la inefectividad del Tribunal Supremo Electoral con su pasividad y permisividad en sus actuaciones sumamente sesgadas hacia el partido oficial. El TSE ha favorecido descomunalmente el activismo del Presidente y a su vez, descuidó una de sus atribuciones más importantes, como es haber hecho llamados contundentes para ejercer el voto.

El ausentismo es un indicador evidente del fracaso del TSE. En diferentes análisis sobre a quién le favorecía la poca participación electoral, se señaló que era para el FMLN, así que la estrategia les funcionó. Fue tardía la intervención de dicho tribunal cuando decidió prohibir, en la tarde del mismo día de la votación, una avalancha de spots televisivos de la Presidencia, que había comenzado meses atrás y en los que se destacaban, los logros del gobierno. Lo anterior es una clara manipulación política, que a ciencia y paciencia del TSE ha decidido transgredir el Artículo 218 de la Constitución, al prevalerse de sus cargos para hacer política partidaria.

Ha tenido que ser nuevamente la Sala de lo Constitucional, la que en una forma contundente dictó medidas cautelares para evitar este abuso del poder, por parte del Presidente Funes y de su gabinete. En la resolución de la Sala se aclaró que todo funcionario debe de abstenerse de realizar actividades que tiendan a favorecer o perjudicar a cualquiera de los candidatos o partidos que participen en las elecciones presidenciales. El Presidente Funes, ignorando la justicia constitucional, se dedicó personalmente a pasearse por todos los canales de televisión, atacando y descalificando a ARENA y a su candidato. Esto es inaceptable y atentatorio contra el Estado de Derecho, y claramente ha tenido sus frutos electorales a favor del FMLN. ¿A dónde ha estado la justicia electoral el respeto al imperio de la ley?

El Artículo 226 del Código Electoral manda al TSE a sancionar a los funcionarios y empleados públicos que desobedezcan, con la posibilidad de destituirlos del cargo. De igual manera, el Fiscal General tiene a su alcance el invocar el Artículo 322 del Código Penal, sobre desobediencia por parte de funcionarios públicos. Sin embargo, el Presidente sabe que en el caso de los funcionarios de elección popular, primero se le tendría que desaforar. Por eso, al pasar por todos los mecanismos legales, todavía le darían los tiempos para concluir con su mandato.

Las elecciones deben ser libres, justas y transparentes. En esta primera vuelta no se han cumplido estos principios. En materia de libertad, muchas personas han sido seriamente atemorizadas por pandillas, que lograron que muchas personas no ejercieran el sufragio por miedo a represalias. En materia de justicia, el TSE decidió no ejercer a tiempo sus facultades jurisdiccionales, provocando falta de equidad en las condiciones de participación.

En un mes, volveremos a las urnas. Se espera la corrección de todas estas anomalías institucionales, para garantizar a todos los salvadoreños una oportunidad justa de decidir cuál de los candidatos, en base a sus propuestas y características personales, está más apto para conducir el próximo período de Gobierno. Los retos para las instituciones son fuertes de cara a la segunda vuelta, pero de ellas depende la legitimidad de los resultados.

*Columnista de El Diario de Hoy.