La formación de jóvenes debe incluir principios ecológicos

En la medida que más se conozca sobre ecología y el área agropecuaria, más fácil será enfrentar graves problemas.

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Además de criar ganado vacuno

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05 September 2016

Tan sencillo como el hecho de que quien sabe se equivoca menos. La ecología es el análisis de la relación de los seres vivos con el medio que los rodea. 

Es así como hay principios que todo joven estudiante debe conocer y tomar como base en su desarrollo. Uno de ellos, al que hemos sido indiferentes por décadas, es que que el bosque es vida y el desierto es muerte.

La desertificación es un mal galopante en el planeta, especialmente por las malas prácticas agrícolas, y por la forma de urbanistas a quienes no les importan los medios, si no el fin de obtener beneficios a corto plazo, creando tremendos desiertos con techos y calles que eliminan el agua lluvia por evaporación o conduciéndola a pozos del sistema hidráulico, de tal forma que se manda el agua lluvia directamente al mar, perdiendo las bondades que brinda si se logra infiltrar al subsuelo. 

Afortunadamente, también hay constructores que realizan su labor en armonía con la naturaleza, que dejan amplias zonas verdes, que además de cumplir su función natural, mejoran la calidad de vida de quienes viven en la zona

La educación 

Si en toda especialidad de bachillerato o carrera universitaria se incluyen materias relacionadas con la protección ecológica y labores agropecuarias, se podría hacer conciencia y brindar los principios para atender la degradación ambiental y la falta de alimentos.

El Instituto San Andrés se involucra en brindar los fundamentos en sus jóvenes estudiantes de bachillerato, para que conozcan, entiendan y viabilicen las bondades de los árboles y el agua.

Se toma en cuenta que lo que vivimos entre los 12 años y los 25 años, es lo que marcará nuestra existencial.  Fue un principio que aplicó David Ben-Gurión al fundar Israel y Chiang kai-shek al fundar Taiwán. Todo joven de estas naciones debe recibir al menos una parte de su formación en escuelas agropecuarias, para lograr un éxito sostenible, a pesar de sus limitaciones, recursos y extensión geográfica. 

Para ejemplo, quienes estudian el bachillerato agropecuario en el Instituto San Andrés, adquieren conocimientos suficientes para convertirse en sus propios patronos, creando fuentes de ingresos. 

Se les enseña  que en un metro cuadrado se pueden criar 12 pollos en 6 semanas, generando 3.5 lbs por unidad y que una coneja al mes de aparearse, tiene de 8 a 10 conejitos y se destetan a los 25 días y a 90 días están listos para aliñarlos, pesando 4 libras, y  que cada  ejemplar sólo necesita un espacio de  40 centímetros cúbicos para vivir.

Aprenden que una cerda puede tener 3 partos en 14 meses, con 8 a 10 lechones por parto. Además aprenden que los árboles son las máquinas de hacer oxígeno y el canal natural para que el agua lluvia se infiltre al nivel freático.

Es así como el Instituto San Andrés, enfoca su visión y misión en potencializar la seguridad alimentaria, la conservación ecológica y la formación de capital humano. Bajo estos principios fue un puente en tiempos de guerra civil, para que los jóvenes se superaran.

La institución quiere presentarse como una alternativa de esperanza para la juventud.

Para ello se busca el apoyo de empresas y personas que financien la demanda que brinda el centro de estudios, en programas de Responsabilidad Social Empresarial o en su espíritu de solidaridad humanitaria, cubriendo becas para jóvenes en los bachilleratos agropecuario, en turismo, comercial, o salud.