“La fuerza del pueblo hará entender a Maduro que su tiempo se acabó”

La opositora venezolana ve cada vez más cerca la salida de Nicolás Maduro de la presidencia de Venezuela y llama a seguir protestando en las calles de forma pacífica y con apego a la Constitución de ese país.

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Corina Machado

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04 September 2016

María Corina Machado ha sido una férrea opositora y una de las voces más fuertes en contra del chavismo a lo largo de los años. 

De igual forma ha respondido el gobierno: pese a ser la diputada más votada cuando ganó su escaño, posteriormente fue desconocida por el gobierno y por un tribunal; ha sido agredida en la misma Asamblea y fue inhabilitada para participar en las pasadas elecciones. Hoy enfrenta una restricción para salir de Venezuela, según ella en un intento del gobierno de obstruir el trabajo que hacía con “aliados en el exterior”. Sigue siendo una de las caras visibles de la oposición venezolana y acá hace un balance de la marcha del 1 de septiembre en Caracas que pidió una fecha para el referendo revocatorio del presidente Maduro.

Vimos el 1 de septiembre una abrumadora marcha de venezolanos en las calles reclamando el referendo revocatorio, y además algunos analistas celebran que no hubo violencia ¿Satisfechos con la asistencia y el desarrollo de la protesta?

El 1 se septiembre fue un día histórico superando todo tipo de obstáculos, físicos, sicológicos, porque las amenazas fueron brutales. Nos encontramos en las calles de Caracas. Nos reconocimos como ciudadanos dispuestos a arriesgarlo todo por nuestro país y por nuestra libertad. Más allá de las cifras que son extraordinarias, en cuanto al número de personas que llegaron. Algunas tomando horas, 10, 14, 6 horas en trayectos. Pero más allá de los números lo fundamental es la energía que vivimos, porque se concentró una fuerza humana en orden, con plena conciencia de lo que está en juego en esta hora. Estamos en horas decisivas, en horas definitorias, en el cual el régimen que se sabe derrotado, en todos los planos, no sólo en el electoral, pero fundamentalmente en el plano moral y en el plano político, en el plano social…ha decidido jugárselas completas: arremeter, reprimir, encarcelar…pero el pueblo de Venezuela hoy se rebela cívicamente y eso quedó demostrado este 1 de septiembre.

Usted ha sido muy crítica del gobierno pues afirma que un régimen así es difícil que escuche a los demócratas, pese al clamor ciudadano. ¿Siente que sí valió la pena la marcha?

Considero que para derrotar un régimen dictatorial como el que existe en Venezuela es muy importante entender y tener claro cuál es su naturaleza: no podemos enfrentar una dictadura aspirando a que se van a comportar como demócratas. Y no es una dictadura cualquiera, es profundamente militarista y además ha probado sus vínculos con el crimen organizado y el narcotráfico internacional, por eso aclaro que quienes están en el poder están dispuestos a todo con tal de preservarlo. Y en un sistema democrático una manifestación con la contundencia y la fuerza como la que vimos el jueves inmediatamente haría que ese mandatario renunciara y entendiera que el repudio general no va a ceder. Y que por su bien y el bien de la nación debería renunciar. Una manifestación de esa magnitud cualquier demócrata cede. Obviamente estamos frente a un régimen que no lo es y que además ha desconocido, anulado a la propia Asamblea Nacional. Veamos lo que ha ocurrido después de la contundente victoria de las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015: ni una sola ley de la Asamblea Nacional está hoy vigente, ni un solo funcionario público ha permitido que sea interpelado. Hoy ni siquiera los créditos adicionales que reclama el régimen tienen la debida aprobación de la Asamblea Nacional sin ser totalmente ignorada. Es decir una Asamblea que ha sido anulada, pisoteada y que ahora el régimen pretende también desconocer este clamor popular. Por eso lo que procede en los próximos días es que esta fuerza que quedó demostrada, este caudal humano que salió a las calles se convierta en una energía efectiva, en desafío, en rebeldía, en desobediencia cívica para que Maduro entienda que tiene dos opciones: o le pone fecha al referendo revocatorio este año o la fuerza del pueblo de Venezuela firme, pacífica y constitucional le hará entender que su tiempo se acabó.

¿A qué se refiere con desobediencia cívica?

Lo estamos viendo todos los días en el país: son los empleados públicos de las alcaldías, de los hospitales que están amenazados de perder sus empleos si no participan en los actos del régimen y aún así no van. Son aquellos estudiantes que los han acusado de desestabilización y a pesar de ello siguen en la protesta elevando sus voces. Son los militares que se niegan a reprimir a las mujeres que claman por comida y alimentos en las calles y esquinas de Venezuela. Son los médicos, nuestras enfermeras, el personal de salud que llegan incluso al uso de la fuerza para silenciarlos y que los venezolanos y el mundo no sepan del drama humanitario que cobra vidas cada día en cada uno de los hospitales y aún así no solamente denuncian sino también hasta huelgas de hambre. Es decir, esa Venezuela que se rebela cada uno en su espacio, cada uno en su área, en su oficio, y que ahora entendemos que deben convertirse en un enorme espíritu de lucha que se le planta firme al régimen y dice: ¡No más! Tienen que respetar nuestro derecho constitucional a decidir nuestro futuro. Por eso estamos en la calle, no vamos a dejar la calle. Al contrario, vamos a hacer que nuestra protesta sea más fuerte y más presión.

¿Además del clamor ciudadano llama a los demás que en algún momento han estado apoyando a Maduro, militares, médicos que también están sufriendo?

No, el país. Lo que vimos es que el país está unido en esa urgente necesidad. Más de un 90 por ciento clamó por un cambio urgente. Y entendemos claramente y por eso la urgencia porque la obsesión por negar el referendo revocatorio este año se basa en que de tener lugar el año que viene, según la Constitución venezolana, ya estaríamos en los dos últimos años del período presidencial con lo cual Maduro puede salir del régimen, ser, digamos un chivo expiatorio de todos los males vividos, pero las mafias quedarían en el poder porque quien completaría el período presidencial sería el vicepresidente que podría nombrar el día anterior. Es decir, sacan a  Maduro pero las mafias siguen. De ahí la urgencia a que este cambio tiene que tener lugar este año. Convocamos a una cada vez más firme y decidida protesta no solo en Caracas, sino en todo el país.

¿Por qué habla de mafias?

No basta sacar a Maduro del poder. Es una expresión más de las facciones que constituyen el oficialismo. Hay sectores militares comprometidos con el narcotráfico, hay sectores civiles que se han apropiado de recursos petroleros del país donde han hecho además unos negocios astronómicos con toda la estructura financiera y cambiaria, y desde luego los sectores más radicales ideológicamente hablando muy cercanos al Castrocomunismo cubano. Todas estas facciones están en este momento en tensiones, en pugna dentro del régimen venezolano, por lo tanto el problema no es solamente Maduro. En Venezuela el cambio que luchamos y que vamos a obtener es un nuevo orden democrático. Es un nuevo conjunto de valores y para ello no basta con sacar a Maduro. Tiene que haber una transición real, genuina, impostergable para la democracia. Tiene que acabar con la impunidad, con la corrupción y de nuevo con el control de estas mafias y el crimen organizado ya no solo de la economía, sino de los órganos de poder público en el país. 

¿Cómo ve la reacción de Maduro de amenazar de quitar inmunidad a altos cargos de la oposición?

A nadie le puede sorprender. Yo misma en carne propia viví lo que ellos son capaces de hacer con la inmunidad parlamentaria. En 2014 cuando se dio aquel despertar y aquella protesta cívica de los estudiantes en la calle que fueron atacados brutalmente, heridos, torturados, yo fui a la OEA a denunciarlo y solamente por haber ido allá la respuesta del entonces presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, fue sacarme a patadas de la Asamblea Nacional. Después me impidieron correr para la actual Asamblea. 

El 1 de septiembre los venezolanos derrotamos el miedo. Si no mire como anoche Maduro huyó del pueblo. Estaba en Nueva Esparta en la isla de Margarita. Tenía un acto en una zona muy humilde. Están haciendo inauguraciones y cuando recorrían esta zona ha empezado la protesta popular, la gente sonando cacerolas y ante la indignación de la gente Maduro decide bajarse del carro y ha comenzado a agredir a uno de estos ciudadanos. Esto fue anoche. Ahí está la demostración. Es una persona fuera de sus cabales, sin límites de agresión pero se enfrenta al pueblo que perdió el miedo.

Carlos Alberto Montaner destaca el valor de estas marchas y los invita a no desmayar. “Quien se cansa pierde”, les manda a decir.

Absolutamente. Tengo muchos años advirtiendo a la comunidad internacional que se entienda el régimen al cual nos enfrentamos y convocando a mis conciudadanos a la necesidad de una movilización ciudadana  que incluye enormes movilizaciones como la que vimos el 1 de septiembre y otras expresiones democráticas: las protestas sectoriales, los paros sectoriales, el paro nacional, y fundamentalmente es un estado de ánimo, es el espíritu rebelde que dice no más y que desde luego no concibe posibilidad de cansarse, porque no concebimos la posibilidad de vivir sin libertad y ese es el espíritu que yo hoy encuentro en toda Venezuela.

¿Ha sentido apoyo de la comunidad internacional?

Hemos sentido un cambio importantísimo los últimos meses. Después de haber vivido meses de indiferencia y hasta complicidad, hoy hay una realidad totalmente distinta en el hemisferio y a nivel mundial por muchas razones. Por una parte porque Maduro y Chávez arruinaron un país en plena bonanza petrolera. Por lo tanto la petrochequera no tiene lo que tuvo en su momento para repartir. Por otra parte han ocurrido cambios significativos en la ideología y la vocación democrática de ciertos gobiernos en América Latina como el caso de Brasil, de Perú, Argentina que hoy tienen presidentes que tienen hoy posiciones muy firmes en cuanto a la defensa de la libertad y los derechos humanos. 

Una tercera razón es que se ha revelado que el régimen de Maduro es criminal, ha devenido en una organización criminal. Esto hace que muchos gobiernos que tenían vínculos decidan poner una cierta distancia y no ser más legitimadores de la expansión del régimen. Desde luego una figura clave ha sido la de Luis Almagro que ha venido a salvar a la OEA de una situación deplorable. Estaba en proceso de desaparición. Él ha adoptado una posición coherente y valiente en defensa de los derechos humanos. Hemos tenido apoyo de los ex presidentes que se reúnen en Idea y de los medios de comunicación, debido a la censura brutal acá han sido la voz del pueblo para que los gobiernos de América Latina estén del lado de la democracia.