“Tenemos una ciudadanía mucho más empoderadas mucho más preocupada mucho más deseosa de que se rindan cuentas. Y cuando hablamos de ciudadanía me refiero también a la prensa”, señaló Laura Chinchilla, expresidenta de Costa Rica, durante un evento organizado por la Fundación Salvadoreña para el Desarrollo Económico y Social (Fusades), en el que disertó como invitada.
La exmandataria participó ayer en la inauguración de la segunda edición del diplomado “Aspectos Generales del Sistema Político y de la Gestión Pública”, patrocinado por la Escuela Centroamericana de Gobierno y Democracia (ECADE) y Fusades.
En ese sentido, la exjefa de gobierno también señaló que ha habido una reacción más fuerte de los distintos poderes judiciales y fiscales en los países de hemisferio que ha generado juicios y procesos contra exfuncionarios señalados por corrupción.
Una de la grandes conclusiones de acuerdo con Chinchilla es que, una consecuencia de la anterior, es el aumento de la denuncia por parte de la ciudadanía.
A pesar de que la tendencia a la anticorrupción es cada vez más generalizada en América Latina, aseguró que aún hay dos casos en el continente donde esa lucha aún no ha despegado como se espera, estos son, según sus palabras: Nicaragua y Venezuela.
Destaca esos dos países como ejemplos puntuales en donde por la configuración del poder, en una concentración extrema de potestades en el poder ejecutivo, se han venido constituyendo en autocracias con una pérdida total de independencia del poder judicial y en donde incluso la prensa ha sido acallada.
“Lamentablemente los casos de Venezuela y Nicaragua nos recuerdan que ninguna sociedad está vacunada contra las tendencias autoritarias, que también han sido uno de los males endémicos de América Latina”, aseveró.
En ese sentido, dijo que uno de los males endémicos que tienen los países latinoamericanos es el tema de la corrupción pero que se puede hablar de avances en materia de transparencia y condiciones mucho más claras para que deje de haber impunidad.
“Hay un escenario mucho más esperanzador por el cambio que se está dando frente al pasado”, afirma la exmandataria costarricense.
Según ella, “la diferencia es que ahora se descubre, ahora se pone en evidencia y la administración de justicia está dispuesta a procesar a quienes antes parecían intocables”, valoró la exfuncionaria.
Chinchilla destaca la creación de institutos de acceso a la información pública en varios países latinoamericanos como un avance en la exigencia de rendición de cuentas, pero además en que hay control de patrimonio de funcionarios, en que se ha avanzado en el fortalecimiento de las instituciones, y en que las administraciones de justicia están más dispuestas a hacer cumplir la ley.
Pese a ese nuevo escenario, cree que aún se debe llegar a niveles mucho más óptimos cómo los que existen en Europa o en otros países desarrollados. “Hemos logrado avances pero la historia ha sido zigzagueante en América Latina, que es de los que está más bajo en transparencia. No parece ser suficiente”, acotó.
Ante esa situación plantea que se debe iniciar un proceso de concienciación a la ciudadanía para combatir la corrupción desde los niveles más bajos.
“El desafío es de más cultura a la ciudadanía para que el ciudadano pueda alimentar los valores de transparencia”, señaló la exmandataria.
Chinchilla está convencida de que entre más informada y consciente de sus derechos esté la población, ese será no solo la clave para exigir cuentas a los funcionarios y frenar la corrupción, sino que se convertirá en “el principal valladar en contra de las tendencias autoritarias”.
Hay muchos ejemplos en América Latina, dice, donde se está viendo una ciudadanía mucho más protagónica.