Empresario y exfiscal general en el banquillo

Ayer no fue una audiencia normal. No todos los días llega un empresario, dueño de aviones, o un exfiscal general en calidad de acusados.

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26 August 2016

No es común que un empresario como José Enrique Rais, dueño de tres aviones, un helicóptero y de varias empresas, entre éstas la que procesa la mayor parte de la basura que se genera en El Salvador, se siente en el banquillo de los acusados.

Ayer, después de 15 años, Rais volvió a sentarse como acusado ante un juez. La primera vez fue en el 2001, cuando  fue acusado de  defraudar la economía pública, proceso del cual salió bien librado al ser absuelto de cargos.

La audiencia inicial celebrada por el Juzgado Séptimo de Paz de San Salvador no fue común. 

Se salió de lo normal también porque, además de tener como imputado a Rais, entre los acusados también estaba un exfiscal general de la República, algo que nunca había ocurrido.

Además, la audiencia inicial de ayer fue contra un auxiliar del actual Fiscal General (Julio Arriaza), un exjuez de Paz (Romeo Aurora Giammattei) que no llegó a la audiencia porque está hospitalizado, un juez suplente, un exempleado de un tribunal de sentencia de San Salvador y un abogado que despacha en una oficina que alquila en un edificio caro de la colonia Escalón. 

La audiencia fue extraordinaria

Lo normal en las audiencias es que los acusados lleguen vistiendo calzonetas y camisetas blancas de a tres dólares, algunos descalzos o cuando mucho calzados con chancletas también de a tres dólares.

Pero no en este caso.

Los imputados de ayer, en el caso donde procesan a Rais y a Martínez, llegaron vistiendo camisas de marca, finos pantalones y zapatos caros.

La verdad, la audiencia de ayer, desde el jueves anterior pintaba para ser extraordinaria, fuera de lo común.

Sí. Porque lo normal es ver que los policías traten con indiferencia a los acusados. 

Pero el jueves, cuando Rais, Martínez y otros siete profesionales, más que todo en Derecho, fueron presentados ante el Juzgado Séptimo de Paz, algunos policías se portaron tan amables con ellos que hasta les ofrecieron agua embotellada. Y a la salida del juzgado, casi atropellaban a los periodistas que trataban de obtener algunas declaraciones de Rais o de Martínez.

Otro aspecto que marcó la diferencia con otras audiencias fue que ayer permitieron la presencia de familiares y amigos de los imputados en la sala de audiencia.

Los policías permitieron que algunos familiares y abogados amigos de los imputados los abrazaran o les dieran palabras de consuelo. En  una audiencia normal, los familiares de los imputados (más que todo cuando son pandilleros) esperan bajo el solo o la lluvia en las afueras del Centro Judicial Isidro Menéndez.

Ayer no fue así.

Incluso,  policías y empleados del Centro Judicial dispensaron atenciones a un señor con la cabeza encanecida. Era el padre de Luis Martínez. Lo trataron como debe ser: con respeto y amabilidad. 

Claro, ayer no fue una audiencia normal.