Agua para saciar la sed y salmos para encontrar sosiego

Imputados lidiaron cinco horas con el calor y las insistentes preguntas de la prensa

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El exfiscal general

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25 August 2016

Escoltadas por decenas de policías encapuchados, siete de las 11 personas acusadas de favorecer judicialmente desde la Fiscalía General y un juzgado de Paz al empresario Enrique Rais, fueron llevados el jueves a los tribunales capitalinos.

Los imputados, entre ellos el exfiscal general, Luis Martínez, su excompañero, Julio Arriaza; Rais y sus abogados, llegaron en dos patrullas a la 1:00 de la tarde.

Tras atravesar esposados y de prisa el estacionamiento del Centro Judicial y subir por las gradas  (no por el ascensor) hasta la tercera planta de uno de los edificios, ellos iban agotados.

En medio de decenas de periodistas que buscaban declaraciones y fotos de los imputados, algunos empleados de los juzgados y abogados se abrían paso con dificultad para llegar a donde los policías y  pedirles que les entregaran unas botellas con agua.

Primero se las entregaban de una en una, luego eran bolsas llenas de botellas porque los imputados se bebían el líquido en cuestión de segundos.

Mientras esperaban en el pasillo a que los llamaran para la diligencia, los periodistas intentaron sin éxito obtener alguna reacción del exfiscal.

Martínez respondió un par de veces, en susurro, que no daría declaraciones, lo que contrastaba con los enérgicos discursos que daba cuando era titular del Ministerio Público.

La mayoría de ellos se mostraban risueños y optimistas ante su situación. Menos Martínez. Durante las cinco horas que estuvieron en el lugar se le observó un semblante atribulado

En el juzgado, a través de la ventana, se le vio separado del resto, contemplando un trozo de papel doblado. Cuando lo extendió quedó al descubierto una imagen del Corazón de Jesús, acompañada de un texto bíblico.