Las futuras obras de desarrollo en la zona de los humedales El Jocotal, Cerrón Grande, Complejo Güija y laguna de Olomega, todos muy contaminados y bajo la protección de la Convención Ramsar, tendrán que seguir lineamientos de construcción, según lo adoptó el Ministerio del Medio Ambiente y Recursos Naturales (MARN).
El Acuerdo número 97 que emitió la ministra, Lina Polh, y publicado el 8 de junio de este año en el Diario Oficial, los inversionistas que quieran construir deben de cumplir con rigurosos requisitos para echar andar sus proyectos y obras de desarrollo.
En el numeral uno de los lineamientos ambientales de acuerdo al tipo de actividades, obras o proyectos en los Humedales respecto a la construcción de hoteles, hostales, ecolodge, hotel boutique, resorts, residencias, villas, town houses, apartamentos, apart-hotel, mercados, restaurantes, centros comerciales, plazas y zonas francas, se establecen distintos aspectos a cumplir.
“Debe contarse con un plan de manejo de desechos sólidos generados y un plan de tratamiento de aguas negras y grises generadas por las actividades del proyecto, en cumplimiento a lo establecido en el reglamento especial de aguas residuales descargadas a un cuerpo receptor”, dice el documento.
De acuerdo con Silvia Larios, directora de ecosistemas y vida silvestre del MARN, no es que se van a meter proyectos solo porque se quiere construir, sino al contrario, los lineamientos ambientales los regularan para que no se ejerza más presión en esos cuatro humedales, que de por sí se encuentran muy contaminados.
“Si hay un proyecto diseñado que no considera esos elementos de manejo integral de desechos sólidos, aguas residuales y descargas, definitivamente es un proyecto que no se estará permitiendo”, expresó Larios.
Con los lineamientos ambientales, lo que se remarca es que en los humedales El Jocotal, Güija, Olomega y Cerrón Grande, es que puede haber desarrollo en la zona; pero que sea de tipo sostenible para revertir el deterioro ambiental existente.
Sin embargo, Alma Sánchez, ambientalista independiente, expresó que lo preocupante, de llegarse a autorizar un proyecto de desarrollo aunque cumpla con todos los lineamientos que establece el MARN, es que esas zonas “son muy frágiles y no deberían de ser urbanizables”.
Sánchez agregó que las evaluaciones de impacto ambiental que se hacen en el país, previo a autorizar un proyecto “son muy light”.
En países como Costa Rica y Honduras, explicó, los candados que tienen las leyes ambientales son mayores para garantizar que sus áreas protegidas no serán deterioradas.
“Lo que a mi me preocupa es que los lineamientos ambientales son cuantitativos y no cualitativos, cuando son cualitativos se están poniendo candados” para no deteriorar los recursos naturales, opinó la ambientalista, quien hace años atrás se desempeñó como Fiscal de Medio Ambiente.
Enrique Barraza, consultor ambientalista independiente, explicó que cuando se declara un humedal como sitio Ramsar no es para prohibir actividades de desarrollo, sino que se trata de ordenar el uso de los recursos con un respaldo legal, en este caso, por medio de los lineamientos ambientales.
“Lo que se está ordenando que se hagan las cosas con ciertos lineamientos en donde va implícito las restricciones y de manejo de los recursos incluyendo el suelo, las construcciones”, insistió.
Para Barraza, los lineamientos permiten las construcciones de forma sostenible, como el caso de hoteles verdes que reciclan sus residuos, con pocos turista. En las urbanizaciones es igual, que no causen impacto ambiental, aseguró.
Otras actividades
El acuerdo también incluye como actividades, obras o proyectos de desarrollo los muelles y astilleros, senderismo, gasolineras o estaciones de servicio; campos de golf, clubes ecuestres, canchas deportivas; carreteras, caminos y pistas de aterrizaje.
Todos tienen requisitos ambientales establecidos para poder desarrollarlos.
Laguna El Jocotal
Deterioro por contaminación, azolvamiento y tala de árboles
Pese a su importancia por la gran cantidad de aves migratorias y nativas que llegan, y por la actividad pesquera de la población que vive en la rivera de la laguna, El Jocotal se encuentra presionado por la contaminación, azolvamiento y tala de árboles de mangle. Fue declarada Humedal de Importancia Internacional por la Convención Ramsar el 22 Enero de 1999, convirtiéndose en el primer humedal con reconocimiento internacional para El Salvador.
La laguna es alimentada por el río Grande y quebradas que bajan del volcán Chaparrastique, con la cual aumenta su nivel. Esa acción natural arrastra sedimentos que la han azolvado. Está ubicada entre los municipios de El Tránsito, San Miguel y Chirilagua, del departamento de San Miguel; y el municipio de Jucuarán, en Usulután.
?Laguna de Olomega?
Los pescadores realizan su faena en aguas contaminadas
Este humedal tiene una superficie de 3,943 hectáreas y está contaminado con aguas residuales, desechos sólidos y especies invasoras como el jacinto de agua. A la laguna llegan las aguas residuales de los municipios de San Miguel, Chirilagua y El Carmen, quienes son los que lo comparten.
Cuando el nivel del agua baja queda al descubierto los desechos plásticos.
En el cantón Olomega las casas están a unos 20 metros de la laguna por lo que es inevitablemente que las aguas negras entren.
La Convención Ramsar declaró como Humedal de Importancia Internacional a la laguna de Olomega el 2 de febrero de 2010, fue el tercero que tuvo el país. La laguna está entre San Miguel y La Unión.
Lago de Güija
?Agroquímicos y aguas residuales deterioran ese hermoso complejo?
Posee una extensión de 10,180 hectáreas y fue declarado Sitio Ramsar el 16 de diciembre de 2010. Este humedal comparte territorio con Guatemala.
Güija recibe agua de diversos ríos, entre ellos el Ostúa, que nace en el departamento guatemalteco de Jutiapa; y el Angue, que es limítrofe entre Guatemala y El Salvador. Hay reporte de contaminación por coliformes fecales y agroquímicos.
Aunque por iniciativas institucionales se está tratando de cambiar las prácticas de uso de herbicidas en los cultivos, los agricultores los siguen usando para quemar la maleza.
El problema es que los cultivos los realizan a la orilla de los ríos, los cuales crecen con el invierno y gran cantidad de ese veneno es arrastrado al lago.