Las serpientes no asustan a los niños, cuando saben que son animales inofensivos, a menos que se les ataque. Ello quedó demostrado ayer, cuando decenas de infantes pidieron tomarse fotos con Carlos Velasco, quien sostenía en sus brazos una boa constrictor o mazacuata, durante el lanzamiento de Reptilandia en el Museo de los Niños Tin Marín.
Incluso algunos menores se atrevieron a acariciar el ejemplar, luego de que Carlos, el fundador de Reptilandia, les explicara que las culebras, igual que otros reptiles no atacan a las personas y que, además, son importantes para guardar el equilibrio biológico en los ecosistemas y que merecen respeto y no se les debe maltratar ni mucho menos matar.
El director ejecutivo del Tin Marín, Juan Carlos Novoa, durante la inauguración del evento, formuló un llamado las familias y centros escolares para que asistan al museo a disfrutar de la exhibición de reptiles, anfibios y arácnidos.
“Estamos inaugurando Reptilandia, que es una nueva exhibición que trae el Tin Marín, para que todos los niños de El Salvador puedan conocer más acerca de los reptiles, de las serpientes, de las arañas y que puedan aprender de su mundo, de donde vienen, qué comen, su hábitat y que esta experiencia sea muy educativa y práctica”, dijo.
Novoa agregó que habrá guías para que les expliquen a niños y adultos todo lo relacionado con las serpientes y demás especies que están en la exposición, a fin de que les pierdan el miedo, pero sobre todo que aprendan a respetarlas, porque son muy importantes para el equilibrio de la biodiversidad animal.
La muestra estará abierta hasta el 30 de octubre, de martes a domingo, entre las 9:00 de la mañana y las 5:00 de la tarde.
Segunda edición
El evento lanzado ayer es la segunda edición consecutiva, que se ha montado en apoyo a los esfuerzos que hacen las entidades y autoridades gubernamentales, involucradas directamente en la protección del medio ambiente, explicó Novoa.
La exhibición persigue fines puramente educativos, aclaró el director ejecutivo del Tin Marín.
El costo de la entrada es de tres dólares por persona, que incluye derecho a la función del planetario, pero los niños menores de dos años no pagan.
Con el propósito de que asista la mayor cantidad posible de niños, el Tin Marín también ha diseñado paquetes especiales para centros escolares públicos y privados, aclaró Novoa.
“Además de esta actividad temporal están abiertas las 32 exhibiciones; queremos que vengan, que disfruten y aprendan jugando”, finalizó.