Fue a inicios de la década de 1970, justo un año antes el hombre había llegado a la luna, cuando las gemelas Tona y Paola Chávez, mostraban su inquietud por participar como candidatas en las festejos patronales de Mejicanos.
En esa época el ser nominada por un barrio o colonia, era todo un suceso, ya que los vecinos se unían para apoyar a su representante, organizando diferentes actividades populares para recaudar dinero y hacer ganar a su candidata.
Para ser considerada como una aspirante, había que tener el consentimiento de los padres y el apoyo de los vecinos, ya que hace un poco más de 40 años, la nueva reina era electa por la cantidad de votos vendidos.
En muchos casos, las muchachas, también contaban con el apoyo de sus padrinos, para obtener mejores resultados. Incluso se organizaban ventas para recaudar fondos en las que no podían faltar los platos de yuca frita o sancochada, entre otros bocadillos.
El costo de cada voto era de cinco centavos de colón que vendían en sus listas, por lo que la ganadora era quien más números vendía.
Los padrinos de las candidatas eran quienes en muchas ocasiones definían el gane de las concursantes, dado que eran ellos quienes compraban la mayor cantidad de votos para generar el triunfo de su apadrinada.
Las hermanas Acosta, participaron en periodos diferentes, representando al sector del comercio y fueron coronadas como reinas en el año 1974 y 1975.
La primera de las gemelas en participar fue Tona, quien luego de cumplir con todos los requisitos morales y éticos, fue electa como candidata del sector comercio.
“Recuerdo que fue en el año 1974, cuando el alcalde Arturo Valencia me corono como reina durante los festejos patronales que celebramos en el mes de agosto en honor a la Virgen del Tránsito”, dice la ex reina.
Un año después, fue el turno de su hermana gemela, Paula, quien recibió el mismo titulo por parte de Roberto Rivera, regidor municipal en ese tiempo.
En esa época, la presentación de las diferentes candidatas ante el pueblo se realizaba en un taxi, el cual recorría las calles de la ciudad, siendo anunciado por los tradicionales cohetes de vara.
Mientras que para la coronación de la nueva reina, se visitaban diferentes escuelas del casco urbano.
Posterior al evento, la candidata que era elegida reina recibía una serenata en horas de la madrugada y luego hacia un recorrido, acción que se repetía por la tarde con una carroza iluminada, la cual siempre generaba expectativa por sus coloridos adornos.
En la actualidad ambas viven con sus respectivas familias y cuentan a sus nietos y familiares parte de sus historias como reinas gemelas de la ciudad de Mejicanos.
Tona y Paula Acosta tenían 20 años, cuando fueron reinas del comercio.
Festividades de antaño
El campo de la feria estaba ubicado las calles aledañas a la alcaldía, en el que predominaban las ruedas nacionales, como el rock and roll, la chicago, la voladora, los caballitos y los tradicionales circos. El precio de los juegos mecánicos era de unos cinco centavos de colón.
En el lugar predominaban la ventas de dulces, provenientes de diferentes lugares del país, melcochas, leches de burra, conservas de coco, dulces de tamarindo, nance, chilacayote y enredos de yuca, eran de los preferidos por los visitantes.
No podían faltar además, los tradicionales juegos de azar, como la lotería, las argollas y los pericos que adivinaban la suerte.
En esa época, a un costado de la comuna, se instalaban varios puestos de ventas de yuca, la cual era servida con fritada o chicharrones, o si el comensal, lo pedía se vendía una “papelada” mezclando la salcochada y la frita, con su respectiva porción de pescaditas. En ese entonces, el precio era de ¢ 0.25 a ¢ 0.50 centavos de colón.
Durante los festejos una de las actividades, que era más esperada por los mejicanenses, era el desfile de las carrozas, las cuales recorrían las calles del municipio, ya que durante su paso los vecinos y amigos acudían masivamente para apoyarlas.
Con el paso de los años, las ruedas fueron ubicadas sobre la calle a Mariona, en el sector de las llanterias, en la entrada al municipio y en los últimos años se ha focalizado en el sector de la colonia Zacamil, perdiendo en parte el perfil popular, ya que ahora hay sectores de la ciudad en la que ya no se vive el espíritu de las fiestas patronales.