Despliegue policial y militar no logra frenar homicidios en la capital

 En junio, 600 agentes fueron desplegados en la zona. En los últimos días, se han registrado no menos de 7 muertes violentas

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La presencia de policías y militares en los alrededores del mercado Central no impidieron el asesinato de un vigilante privado

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11 August 2016

“Queremos mandar el mensaje claro (de) que el Centro Histórico le pertenece a la gente trabajadora”, dijo el vicepresidente de la República, Óscar Ortiz, el pasado 14 de junio, cuando anunció en la plaza Gerardo Barrios el primer despliegue de policías y militares para dar seguridad en el centro de San Salvador.

Dos semanas después, las autoridades informaron que a los 400 agentes y soldados delegados en el primer contingente se sumarían otros 200 para hacer la misma tarea.

El director de la PNC, Howard Cotto, condecoró a varios policías en la ciudad de Santa Ana y aseguró que trabajan contra los homicidios en el centro de la capital. Foto/ Iris Lima

A dos meses de haber iniciado el plan, la opinión de algunas personas que a diario trabajan o transitan por la zona contrasta con el mensaje del vicepresidente.

“(El despliegue) es por gusto, mejor a uno lo molestan ellos (los policías) y no al pandillero. Solo viendo qué fallas nos hallan a nosotros andan”, sostuvo un vigilante privado, el miércoles pasado, tras el asesinato de un colega.

Esa tarde, José Manuel Hernández, de 56 años, fue atacado a balazos cerca del edificio 10 del mercado Central de San Salvador, mientras hacía una ronda.

Cuando la Policía llegó a la escena el señor estaba agonizando. Murió en la cama de la patrulla, cuando los agentes lo llevaban hacia el hospital.

“Lo mataron unos pandilleros por el mismo odio que nos tienen”, sostuvo acongojado el compañero de la víctima.

Hernández tenía más de seis años de laborar como vigilante privado en la zona. En ese tiempo, vio morir a varios de sus compañeros en las mismas circunstancias.

José Manuel sabía que él también podía ser blanco de los criminales, pero  no tenía más opción, ya que de ese trabajo sostenía a su familia.

Fuentes policiales manifestaron que muchos vigilantes privados que trabajan en el centro capitalino están en la mira de los pandilleros, porque son quienes les impiden acosar o extorsionar a los comerciantes.

Los vendedores o sus compradores tampoco se escapan  de los delincuentes. En los últimos 11 días, las autoridades han registrado no menos de siete asesinatos en las zonas donde los policías y soldados han sido desplegados.

Entre las víctimas hay vendedores, clientes y supuestos delincuentes que habrían sido ultimados por rivales, de acuerdo a las autoridades.

Por estas muertes recientes, las autoridades no han reportado capturas.

 Estos hechos violentos han fracturado la aparente calma que, según algunos comerciantes, se vivió  días después de que el plan de seguridad fuera puesto en marcha.

“Lo cierto es que la actividad criminal puede ir variando de lugar en lugar, y es algo con lo cual la Policía tiene que bregar todos los días y todos los meses”, señaló ayer el director de la Policía, Howard Cotto, cuando se le preguntó a qué  atribuía el alza de muertes violentas en el centro de la ciudad.

El jefe policial matizó que aunque sí han registrado “leves incrementos”  de muertes violentas, no  se pude ignorar que “hay una baja de aproximadamente el 50 por ciento en los homicidios a nivel nacional”. 

Algunos afectados sostienen que han visto una disminución de los patrullajes, pero según Cotto estos se mantienen en la zona.

Mientras que algunos agentes a los que se les ha delegado patrullar las calles capitalinas  sostienen que no es posible contener la delincuencia en una zona en la que a diariamente transitan cientos de personas.

Otra ventaja para los delincuentes, a decir de los oficiales, es que se les hace fácil escabullirse entre la gente, las ventas informales y el desorden del tráfico vehicular para escapar.

Comerciantes perciben reducción en las ventas

Algunos vendedores del centro capitalino manifiestan que además de vivir en zozobra porque las pandillas matan, roban o extorsionan alrededor de ellos, también deben enfrentar otro problema: la escasez de compradores.

Las fuentes han percibido una reducción en sus ventas y no dudan en relacionarla con los hechos violentos que se cometen en el centro capitalino.

Los compradores, relatan, se van de paso, pocos se detienen a comprar porque lo que  buscan es atravesarse el centro cuanto antes para llegar a sus hogares.

En otros casos, el temor ha hecho que personas que por varios años llegaban con frecuencia a comprar mercadería actualmente llegan de forma ocasional.

Los registros de las autoridades señalan que delitos como el robo, lesiones, portación de armas de fuego, tenencia de armas o tráfico de mercadería se han logrado disminuir en un 70 por ciento desde que fueron desplegados los policías y militares.

Sin embargo, para quienes obligadamente deben vender comprar o transitar a diario por el centro de San Salvador, esta reducción les produce un alivio a medias porque, según ellos, son los  asesinatos y las extorsiones los delitos que más les afectan.