La organización Human Rights Foundation (HRF) denunció que el presidente nicaragüense, Daniel Ortega, ha logrado instaurar “un régimen de partido único” y ha puesto a Nicaragua en riesgo de sumirse en “una nueva dictadura”.
“En menos de dos meses y aprovechando el control del sandinismo sobre todos los órganos del Estado, Ortega ha conseguido allanarse una vez más el camino a la reelección indefinida e instaurar lo que para efectos prácticos es a todas luces un régimen de partido único”, dijo Thor Halvorssen, presidente de HRF, en un comunicado.
Halvorssen afirmó que “lo que está ocurriendo en Nicaragua es una grave alteración del orden democrático que amenaza con sumir al país en una nueva dictadura”.
Por su parte, Centa Rek, una de las abogadas que trabaja para HRF, una organización sin fines de lucro, independiente y apolítica, expresó que Ortega se ha garantizado la séptima postulación a la Presidencia de Nicaragua y su tercer mandato consecutivo.
Rek indicó que la Corte Suprema de Justicia de Nicaragua está “ampliamente identificada” con el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional y lo mismo otros órganos del Estado.
“Nicaragua está al borde del totalitarismo”, sentenció.
En un comunicado, la organización defensora de los derechos humanos, con sede en Nueva York, reaccionó a lo que calificó como la “destitución arbitraria” de los 28 diputados del Partido Liberal Independiente (PLI), incluyendo 12 suplentes.
La Junta Directiva de la Asamblea Nacional acató el viernes una resolución del Consejo Supremo Electoral (CSE) en la que se destituye a los 28 legisladores por “cambiar de opción electoral en el ejercicio de su cargo”.
La destitución tuvo lugar después de que los diputados opositores se negaran a acatar un fallo de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) que despojó al PLI, principal partido de la oposición, de su representante legal, Eduardo Montealegre y designó a Pedro Reyes en ese puesto.
HRF denunció que fue Reyes “actuando de manera funcional al oficialismo” el que solicitó al CSE que destituyera a los diputados liberales y subrayó que el fallo “anuló automáticamente el nombramiento de auténticos candidatos opositores” bajo la insignia PLI para las elecciones de noviembre próximo.
Intelectuales se suman a cuestionamientos
Políticos, académicos e intelectuales de Nicaragua cuestionaron la candidatura a la vicepresidencia de Rosario Murillo y acusaron al mandatario Daniel Ortega de propiciar una “dinastía familiar totalitaria”.
La nominación de Rosario Murillo “era la pieza que faltaba para establecer un régimen dinástico y totalitario. Y para imponer ese régimen dinástico y totalitario se está preparando una farsa electoral”, aseguró Luis Callejas, quien la semana pasada también fue destituido de su puesto de diputado junto a otros 27 miembros de la oposición.
Al presentarse junto con Murillo ante el tribunal electoral, Ortega dijo que la candidatura de su esposa es parte del principio de “equidad de género” en el Gobierno que asumió en 2007. “Las mujeres también podemos ejercer el poder”, exclamó Murillo.
Para la exguerrillera Dora María Téllez, del disidente Movimiento Renovador Sandinista, la candidatura de Murillo revela que el presidente Ortega “está muy enfermo” y de ganar los comicios como se espera, podría no concluir su próximo mandato.
Daniel Ortega, de 70 años, tiene antecedentes cardíacos y una enfermedad no divulgada, que según sus detractores lo obliga a evitar la luz del sol y a permanecer recluido por largos períodos.
La Constitución nicaragüense establece que el vicepresidente de la República asumirá la Presidencia en caso de una ausencia temporal o definitiva del primer mandatario de la Nación.
“Están desesperados por garantizar que el poder quede en un círculo de familia”, añadió Téllez al referirse a la postulación de Murillo como un hecho inédito en Nicaragua, país que hasta 1979 vivió bajo el régimen militar dinástico de Anastasio Somoza.
Téllez, que apoyó el primer gobierno de Ortega (1985-1990) durante la revolución sandinista, dijo que el Gobierno “ya se robó las elecciones” y llamó al pueblo a no votar en noviembre próximo.
Por su parte Humberto Belli, ministro de Educación del Gobierno de Violeta Chamorro (1990-1997), aseguró que el 6 de noviembre “no habrá elecciones sino votaciones, (porque) las elecciones implican, por definición, la capacidad de elegir a quien uno prefiera”, indicó Belli.
Para el escritor y ex vicepresidente sandinista Sergio Ramírez, en estos comicios “todo ha sido decidido de antemano para que el mismo candidato del mismo partido a lo largo de más de 30 años, Daniel Ortega, sea reelegido”.