El operativo policial de ayer no fue contra la delincuencia. Fue una actividad en el marco de los festejos patronales dedicados al Salvador del Mundo. Inició en las primeras horas de las mañana, cuando varias unidades de la corporación se trasladaron a la Delegación Centro para ofrecer una serenata a la reina de la Policía Nacional Civil.
Luego, en la zona de la Plaza Cívica, otros elementos policiales tenían preparada una alborada y el reparto de atol shuco para los capitalinos que transitaban por la zona, quienes se mostraron sorprendidos y agradecidos por esta actividad.
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Mientras tanto, los altos mandos policiales, se movilizaron a Catedral de San Salvador, para participar en una misa de acción de gracias y recordar a los elementos caídos en el cumplimiento del deber.
Cuando el reloj marcaba casi las 9 de la mañana, diversas unidades especializadas se desplegaban en la zona de la Plaza del Divino Salvador del Mundo.
El Grupo de Reacción Policial (GRP), La Policía de Turismo, la Unidad de Mantenimiento del Orden (UMO) y de la Sub Dirección de Áreas Especializadas Operativas, formaban parte de las unidades que participaron en el desfile, el cual recorrió la alameda Roosevelt y terminó en el parque Cuscatlán, con el aplauso de los asistentes.
Oso el más cariñoso de los policías
Una de las mascotas más emblemáticas y queridas por los niños e incluso adultos mayores, es Oso, un perro que se ha convertido en la mascota de la Policía Nacional Civil, desde julio de 2015.
Oso es un perro que defendió a un grupo de agentes policiales cuando delincuentes lanzaron una granada al puesto policial de Santa María Ostuma, La Paz.
A partir de entonces, un elemento administrativo le ha dado vida a este personaje, quien se coloca un traje de peluche para representar a la mascota.
“Estoy muy orgulloso de servir a mi institución, dándole vida a este personaje, ya que los niños son los más felices cuando lo ven. Incluso los ancianos me buscan para tomarse fotos”, dice Edgardo Henríquez, quien a pesar del sacrificio y el cansancio, no pierde la oportunidad de divertir a los niños.
Darle vida a Oso no es una tarea fácil y requiere de una buena condición física.
Henríquez, asegura que las jornadas son extenuantes, ya que se deben caminar largos trayectos, bajo el sol, sin poder tomar líquidos y soportar el intenso calor que provoca el traje.
“Nosotros tenemos un gran espíritu de servicio, sin importar las inclemencias del tiempo u otro tipo de eventualidad. En lo personal me siento satisfecho de contribuir de esta forma a crear un clima de paz y tranquilidad en nuestro país”, dijo el administrativo.
A pesar de los obstáculos, nunca pierde el entusiasmo y amabilidad con las personas que le solicitan una fotografía, y a nadie deja irse sin un abrazo y un selfie.
Durante el desfile, fue uno de los más aclamados, ya que formaba parte, en esta ocasión de las unidades de la Politur.
Un día antes de sus presentaciones, Henríquez, debe realizar algunos retoques en el traje, por ejemplo, pintar de negro las pesuñas, ya que estas se desgastan al caminar en el asfalto, además debe estar pendiente que todo el conjunto luzca impecable, sin manchas y con las insignias oficiales debidamente relucientes.
En una de sus mangas Oso luce las barras que lo identifican como cabo de la corporación y es admirado incluso por sus compañeros, quienes no pierden la oportunidad de tomarse una fotografía para el recuerdo.
Al final del recorrido, y luego de una jornada agitada y caluroso, en un lugar apartado de la vista de las personas, Edgardo Henríquez, se despoja del traje de Oso, con la frente bañada en sudor y muy cansado, pero con el espíritu inquebrantable de servicio hacia la comunidad, y preparado para la siguiente misión, en la que seguramente, estará a disposición de los niños, jóvenes y adultos para nuevas fotos.