Con una concurrencia de familiares, vecinos y amigos que cubrían unas cinco cuadras se realizó la tarde del miércoles las exequias de Erick Adrián, de 6 años, en Sonsonate, un niño que pereció en un río de Chiapas, México en su afán de lograr el sueño americano.
El menor junto a su padre Rigoberto navegaban en una embarcación que poco después sucumbió ante la crecida del río.
Las ceremonia del último adiós se desarrolló con un emotivo culto evangélico, en el que se insistió que todo ser humano tiene derecho a luchar por su bienestar pese a que ello signifique la muerte.
Dan último adiós en Sonsonate a Erick Adrián, de 6 años, quien murió ahogado en un río de Chiapas, México. pic.twitter.com/64trpZh1ok
— elsalvador.com (@elsalvadorcom) July 27, 2016
Un pariente reconoció que los padres estaban en la libertad de decidir el futuro de sus hijos y que esta no era la excepción.
El padre del menor en su dolor que lo embargaba no quiso referirse a la pesadilla que les tocó vivir en el río mexicano ni el sueño que les motivó emprender el viaje.
Foto EDH/Marlon Hernández
Como un hecho de amargo dolor se enclinó en el ataúd y a solas se comunicó por última vez con su hijo.
El pastor que ofició el culto fúnebre afirmó que el niño había terminado su carrera y había llegado a la meta donde alcanzaría la corona.
Luego el cortejo fúnebre recorrió las principales calles del centro de Sonsonate para concluir en el cementerio general donde fueron sepultados los restos del pequeño Erick Adrián.