La comunidad colombiana residente en El Salvador celebró con diversas actividades culturales el 206 aniversario de su independencia.
Muchos colombianos recuerdan con nostalgia las festividades patrias, en las que hay imponentes desfiles militares.
A pesar de la distancia y el tiempo que han pasado lejos de Colombia, el fervor cívico es evidente en la mayor parte de ellos, quienes festejan la independencia de España y el fin de la época colonial. Pues entre la noche del 20 y la madrugada del 21 de julio se escribió el acta de independencia de dicha nación.
En Colombia, el presidente de la República, Juan Manuel Santos, en compañía de autoridades civiles y militares, presidió las actividades que se desarrollaron en las principales calles de Bogotá.
Muchos colombianos, aunque están lejos de su país, siempre están pendientes de estos festejos, en los que predomina el color amarillo, azul y rojo de su bandera.
La embajada de Colombia en nuestro país, inicio las festividades, el pasado domingo, con un evento cultural en el que se presentó el grupo musical Seresta, que interpreta música tradicional colombiana. Además de la presentación del tenor colombiano Diego Alejandro.
Ayer miércoles, se llevó a cabo una recepción a la que asistieron diplomáticos e invitados especiales.
En la tarde se inauguró la nueva plaza Colombia, ubicada en el bulevar Cancillería, en Antiguo Cuscatlán.
A la actividad asistieron el canciller salvadoreño Hugo Martínez y el embajador colombiano Julio Aníbal Riaño.
El Salvador y Colombia mantienen relaciones diplomáticas desde 1825 y han consolidado su amistad y lazos de cooperación.
Recepción colombiana en el Museo de Antropología
Cumbia, trajes típicos, pines unificadores, vino y platillos colombianos, esperaban a los invitados en el Museo Nacional de Antropología Dr. David J. Guzmán, para conmemorar el 206° aniversario de la firma del Acta de la Revolución, que consagra a Colombia como un país libre e independiente.
Julio Aníbal Riaño, embajador de Colombia en El Salvador, expresó su disposición de continuar apoyando el proyecto “Mesoamérica”, el cual vela por el desarrollo de oportunidades en la región centroamericana, incluido El Salvador. “Cuán grande es escuchar las voces de los salvadoreños sobre el espíritu de alcanzar grandes acuerdos de nación”, dijo Riaño.
Al evento asistieron el vicepresidente de la República, Óscar Ortiz; embajadores y diputados.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, envió un tradicional mensaje a los colombianos en el mundo. A su vez manifestó los logros vigentes del gobierno colombiano en el proceso de paz que sostiene con la guerrilla las FARC. “Hace un año el fin del conflicto era una esperanza. Esa esperanza se está convirtiendo en una realidad. “Nunca más a través de las armas”, dijo Santos a través de un video.
El diplomático, Julio Riaño enfatizó en su discurso el destino de un pueblo de la mano de sus dirigentes. “Colombia seguirá aportando de forma tangible al crecimiento de El Salvador”, expresó.
La recepción finalizó con los versos del poeta colombiano, Porfirio Barba Jacob, en voz del embajador: “Oh, vigorosas almas latinas, que el infortunio jamás domine; aún entre los escombros y aún entre las ruinas, es grande el alma salvadoreña”.
Jacob hizo una extensa narración sobre las consecuencias del terremoto de 1917 en El Salvador.
En la recepción no faltó la música colombiana a cargo de la agrupación Seresta.
Gabriel Santos, colombiano residente en El Salvador asistió a la recepción con la que dijo sentirse cerca de su país. “No hay mayor satisfacción en estos momentos, que ser parte de esta gran fiesta. Mi corazón está en Colombia”, aseguró.
“Dicen que después de una noche oscura viene una aurora sonriente y los colombianos hoy más que nunca estamos en los albores de esa aurora”, expresó el embajador Riaño.