Barra Salada: Sin solución permanente a inundaciones

Alcaldía debe  llevar maquinaria pesada cada año para abrir un canal para que  el agua  llegue al mar. Problema tiene dos décadas.

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Habitantes del caserío Barra Salada

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18 July 2016

Habitantes del caserío Barra Salada, cantón  Salinas de Ayacachapa, en Sonsonate, sufren desde hace 20 años de inundaciones, porque las zonas donde desembocan los ríos Pululuya y Mandinga, están obstruidas, lo que genera que el agua de los afluentes busque otros sitios donde correr y no lo haga por el estero para llegar posteriormente, hasta el mar.


Decenas de casas son inundadas cada año. La última ocasión que permanecieron en esa condición fue en junio, hasta que la alcaldía de Sonsonate construyó, en la última semana del mismo mes, un canal de 80 metros de longitud, para desalojar el agua que inundaba 90 casas y la calle de acceso. 

Esos trabajos son paliativos, reconoció el presidente de la Asociación de Desarrollo Comunal (Adesco), Jorge Flores; y el encargado de la Unidad de Riesgo de la alcaldía, Carlos Salinas.

Esto debido a que cuando los afluentes disminuyan su nivel y el canal quede seco en el verano, será cubierto por la arena que es arrastrada por las altas mareas. Eso podría ocurrir entre enero y febrero próximo, dijo Salinas. 

En la construcción del canal invirtieron $5 mil ya que fue utilizada una pala mecánica.

Flores señaló que la solución es desazolvar las zonas donde desembocan ambos afluentes; pero para eso requieren recursos, principalmente económicos con los que no cuentan, por ser de escasos recursos.


Los cauces están obstruidos con lodo, desechos sólidos, y, principalmente, árboles que se han caído. Algunos están podridos; otros, verdes pero cedieron porque sus raíces han quedado en el aire con la erosión de la tierra.

Existen puntos que ahora apenas tienen cuatro metros de ancho, cuando antes eran de entre 30 y 40. El azolvamiento ha reducido el cauce del estero, lo que ha evitado que pequeñas embarcaciones naveguen ahí.

El dirigente comunal estima que es de cerca de siete kilómetros el tramo en que se deben realizar dichas acciones para evitar que cada año se repitan las inundaciones.

Estas no sólo representan pérdidas económicas en los trabajos paliativos que realizan, pues deben de repetir cada año; sino también porque los pescadores dejan de obtener “mongos”, similares a los camarones, que les sirve como carnada.

Cuando no está inundado, dichas carnadas son encontradas a unos cuantos centímetros bajo tierra. 

Pero cuando la zona está cubierta de agua, deben comprar las 100 unidades a $4.50; lo que representa un gasto de $22.50 porque requieren de 500 para ir a altamar. Dicha carnada es llevada de otros lugares, lo que incrementa costos en los pescadores.

Salinas expresó que solucionar el problema no es factible, porque considera que es algo natural, debido a que la fuerza con la que llega el mar a la zona, es mayor respecto a la de otros años.

Esto provoca que las altas olas arrastren grandes cantidades de arena que también obstaculizan el paso del estero hacia el mar. Cuando intervinieron a finales de junio, encontraron un banco de arena de 120 metros de longitud. Esta había sido arrastrada.

Una de las alternativas que prevén implementar es reubicar a cerca de 25 familias que son las más perjudicadas. Pero Salinas señaló que dicha iniciativa ya fue planteada a las personas, quienes la rechazaron bajo el argumento que trabajan de la pesca.

El encargado de la Unidad de Riesgo de la alcaldía expresó que aún están buscando una solución permanente al problema.

En junio plantearon al Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Marn) talar 60 árboles de mangle para dejar un canal permanente y que el estero desemboque en el mar.

Pero la dependencia gubernamental rechazó la propuesta porque donde se encuentra dicho recurso, es una área natural protegida.

La directora del Observatorio Ambiental del Marn, Celina Kattán, rechazó que se haya hecho dicha propuesta. 

Expresó que la obstrucción de este año se debió a las mareas extraordinarias que depositaron arena en la zona de la desembocadura; pero reconoció que la degradación que ha tenido la cuenca ha generado arrastre de sedimento que provocan el azolvamiento.

Este tipo de problemas se da en el inicio de los inviernos porque arrastra desechos que se acumulan en el verano.

Señaló que una de las alternativas es regenerar toda la cuenca; además pidió a la alcaldía mantener un monitoreo constante para que cuando se presente de nuevo el problema, se intervenga a través de un equipo multidisciplinario.