El Salvador, un país de oportunidades

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15 October 2013

Generar crecimiento económico debe ser uno de los puntos de partida para asegurar el desarrollo social de los salvadoreños. Concretar un ambiente favorable para la inversión requerirá de un esfuerzo amplio, sostenido con actores privados y públicos que trabajen colaborativamente. En diferentes escenarios se habla de trascender a la polarización a través del diálogo constructivo en temas esenciales para el país.

Debemos reconocer que El Salvador se ha sumergido en una vorágine de negativismo causado por polarización, niveles altos de violencia y criminalidad, constantes atentados al Estado de Derecho, afectación al clima de negocios, así como bajos índices de competitividad y crecimiento económico.

Combatir esta situación asfixiante debe convertirse en una prioridad nacional, para utilizar nuestras potencialidades, creatividad y ánimos de trabajar. En este contexto, se requiere de una estrategia integral que contenga elementos legales, de institucionalidad, transparencia y mejora de la imagen internacional del país.

En el ámbito legal, la Asamblea Legislativa debe lograr la aprobación del paquete proinversión. El esfuerzo debe incluir la reforma a la Ley de Asocios Publico Privados, que actualmente adolece de deficiencias que imposibilitan su aplicación efectiva; legislar para eliminar burocracia excesiva que crea espacios para la corrupción; trabajar en nuevas leyes que brinden confianza a los inversionistas, como la Ley de Estabilidad Jurídica, entre otras. Además se deben eliminar trabas migratorias para inversionistas y asegurar condiciones de seguridad personal y empresarial.

En lo institucional se debe cambiar el enfoque recaudatorio de aduanas por uno en el que se equilibre la seguridad en fronteras con la facilitación de comercio. Esfuerzos muy interesantes ha estado liderando Costa Rica en su participación en el "Grupo Colorado" dentro de la Organización Mundial del Comercio, en el que se promueve este enfoque de facilitación. Se debe fortalecer PROESA, no sólo en la fase de atracción de inversiones, sino en el apoyo a las que ya están operando, sirviendo de herramienta de seguimiento para resolver los problemas que naturalmente se van dado en las operaciones comerciales, mercantiles, etc.

En general, se necesita que todas las instituciones que están relacionadas con el clima de negocios se coordinen y articulen en forma armoniosa, permitiendo impulsar la productividad y competitividad salvadoreña.

Cuando se habla de instituciones es importante valorar que la calidad y motivación de las personas que las integran sea la adecuada. Se debe trabajar permanentemente para tener un recurso humano gubernamental idóneo que trabaje con mística y ánimo de servicio al país. De lo contario no estaremos en capacidad para darle seguimiento a grandes proyectos de desarrollo. La sustitución del régimen de servicio civil, bajo una nueva Ley de la Función Pública se vuelve una tarea impostergable.

En materia de transparencia, las instituciones deben continuar publicando información y eso irá generando confianza, seguridad jurídica y claridad en las reglas de juego para los inversionistas. Adicionalmente, se necesitan herramientas de inteligencia de mercados, aprobar la Ley de Procedimientos Administrativos, además de reformar la Ley de Adquisiciones del Estado, pues como se ha podido comprobar, tiene una serie de fallas y espacios para las negociaciones oscuras. La corrupción es un mal que, además de minar la credibilidad de las instituciones, ahuyenta a la inversión.

Mejorar la imagen de país es un trabajo permanente y va de la mano con la atracción de inversión, pero no se debe hacer artificialmente, sino que con un compromiso serio. Una manera de hacerlo es a través del cumplimiento de los contratos que El Salvador ha firmado. Eso conlleva a reevaluar la posición actual anti arbitraje. Se debe volver a permitir la solución de conflictos por medio del arbitraje internacional, tal como lo hacen los países exitosos en atraer inversiones.

Si se hacen avances en estos temas habremos apenas recuperado el rumbo, pero cantidad de países nos llevan la delantera. Urge el trabajo de todas las fuerzas del país para forjar las nuevas garantías que permitirán el desarrollo. Debemos alcanzar un nivel de madurez compartida sobre ésta, que es una necesidad apremiante.

*Columnista de El Diario de Hoy.