Simulaciones oficiales

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08 October 2013

Con el eufemismo de que ha empezado "oficialmente" la campaña electoral, el TSE dice que los candidatos ahora sí pueden pedir el voto. El anuncio no engaña a nadie, por supuesto. La única diferencia real que habrá en los próximos meses, comparados con los últimos dieciocho, es que los spots en radio y televisión cobrarán intensidad y la solicitud del voto necesitará menos palabras. Así, al amparo de un masivo ejercicio de disimulo, llegamos a la fase culminante de un proceso político que nos llevará a elegir al sucesor de Mauricio Funes.

Y ya que hablamos de Funes, se vuelve obligatoria la referencia a sus fariseísmos más recientes. Sin llegar a pedir perdón --imagino que hace rato hemos renunciado los salvadoreños a la ilusión de escuchar a nuestro mandatario, algún día, admitir un error--, tuvo el Presidente que suavizar sus palabras y dirigirse al senador Patrick Leahy con respeto. Y será en todo caso por la madurez de las autoridades norteamericanas que el país pueda obtener el segundo desembolso del Fomilenio.

¿Aprende Mauricio Funes de estas bochornosas experiencias? Parece que no. Ahora ha salido reclamando públicamente al Fiscal General por meterse a investigar lo sucedido con el Chaparral. A menos de un mes de haberlo elogiado por abrir varios casos de corrupción --en los que, dicho sea de paso, aún no se acusa a los principales involucrados--, hoy dice nuestro gobernante que el licenciado Luis Martínez "pierde su tiempo" al dirigir las miras de la Fiscalía a un proceso "transparente", donde "no hay ninguna irregularidad".

Imposible descifrar por qué cree Mauricio Funes que él, siendo funcionario público, tiene potestad para decirle al Fiscal qué debe hacer. Pero vale la pena traer a cuento el incidente porque el Presidente está metiendo las manos al fuego por las decisiones que han tomado sus subalternos en la CEL. Por lo demás, estamos delante de la misma actitud belicosa que ha hecho del actual gobierno una fuente permanente de tensiones en el país: quien le agacha la cabeza, y diciendo "amén", recibe elogios; quien le critica o hace lo que Funes no quiere, recibe una andanada de improperios, acusaciones y amenazas.

Si ni siquiera un importante senador norteamericano, del que depende una fuerte erogación para El Salvador, se ha librado de la boquita de nuestro mandatario, ¿por qué iba a ahorrarse su "sabadazo" presidencial el titular de la Fiscalía? ¡Bienvenido al club, licenciado Martínez!

Terminamos la relación de los últimos eufemismos gubernamentales recordando que ahora los miembros del gabinete pueden hacer proselitismo en horas no laborales. Agradecemos al presidente Funes que hiciera por fin la aclaración, porque él lleva varios meses en campaña electoral, atacando al principal partido de oposición cada vez que puede, y era absolutamente previsible que necesitara a todos sus funcionarios bien activos en ese rol. Tanta monotonía discursiva es mejor cargarla entre varios.

El permanente ejercicio de simulación del Presidente tiene sus imitadores en algunos candidatos. Tony Saca dijo en FUSADES, sin que se le coloreara el rostro, que él estaba de acuerdo en que los votantes pudiéramos elegir diputados a través de listas abiertas y desbloqueadas. Lo que no dijo es cuándo los legisladores de UNIDAD, pudiendo hacerlo ya, iban a impulsar en la Asamblea ese tan ansiado voto cruzado. Con semejante "voluntad" para concretar lo que dice, las declaraciones de Saca tienen la misma consistencia del decreto presidencial que prohibía el proselitismo a los miembros del gabinete.

Salvador Sánchez Cerén dijo, también en FUSADES, que los salvadoreños no debemos tener miedo a las consultas ciudadanas. Es curioso que al hablarnos así parezca que se refiere a los plebiscitos que se realizan en Suiza, cuando lo cierto es que él mismo ha dicho que "el faro de luz que ilumina a América Latina" es Venezuela. ¿En serio quiere que le expliquemos por qué tenemos miedo a esa clase de "ejercicios democráticos"?

*Escritor y columnista de El Diario de Hoy.