Una mano amiga para los niños que sufren dolor por males crónicos

Se trata de la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos del Hospital Bloom.

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En el  edificio que la Fundación Ayúdame a Vivir tiene contiguo a lo que se conoce como anexo del Bloom

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02 July 2016

Llevar alivio de cara al dolor   físico, las secuelas, y problemas emocionales que provocan distintos males crónicos como el cáncer, la fibromialgia, la artritis reumatoide juvenil, es parte de los esfuerzos que se realizan en la Clínica del Dolor y Cuidados Paliativos, que está ubicada en el Hospital de Niños Benjamín Bloom, de la capital.

El centro en mención tiene seis años de haber sido fundada, y según el doctor Rolando Arturo Larín Lovo, encargado del mismo, se brindan entre 1,800 y 1,900 atenciones al año a personas que van desde horas de nacidos hasta los 18 años.

Esta clínica desde el principio ha tenido un fuerte apoyo de la Fundación Ayúdame a Vivir. Esta organización sin fines de lucro también provee espacio para atender a los pacientes con cáncer del Bloom,  psicólogos y medicamentos de alto costo.

La institución atiende a pacientes tanto del hospital pediatrico como de otros que llegan referidos de nosocomios de la periferia y del interior del país, dice Larín Lovo, quien es un médico anestesiólogo, especializado en algología y cuidado paliativo.

El especialista puso como ejemplo que a los niños con cáncer, no sólo les dan tratamiento por el dolor que les ocasiona la enfermedad , sino también por el dolor que les afecta como resultado del tratamiento con quimioterapia, radioterapia.  Además, en la clínica atienden infantes politraumatizados producto de accidentes de tránsito o de la violencia,  quienes suelen sufrir dolores agudos.

Los pacientes   con cáncer  a los que ayudan, pueden estar en etapa de lactantes o edad preescolar. En el caso de los politraumatizados  son escolares o adolescentes, mientras que los quemados son preescolaresescolares y adolescentes, expuso.

¿Quienes ayudan a los pacientes? 

Según Larín Lovo, son equipos multidisciplinarios los que ayudan. Por ejemplo, a los que tienen cáncer los apoya un oncólogo, una enfermera, un trabajador social, un sicólogo, voluntarios y él  en su calidad de especialista en cuidados paliativos.

“Hay que tener en cuenta que el dolor tiene tres elementos, ninguno menos importante que el otro: elemento físico, psíquico y espiritual, (...) por eso el tratamiento del dolor se hace mediante un equipo interdisciplinario”manifiesta el doctor.

 Larín Lovo dice que los pequeños reciben ayuda de los especialistas el tiempo que  sea necesario hasta lograr que, después de haber perdido amigos, clases, entre otras cosas,  superen la situación y se incorporen de la mejor manera a su vida cotidiana.

Añade que la respuesta de los niños al tratamiento contra el dolor no sólo se determina a través de medirles su presión arterial, su frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno y otros, sino también a través de algunas herramientas o escalas que existen y que están acordes a las edades.

“En los niños que ya saben leer y escribir se les pasa una herramienta que se llama Escala Visual Análoga, en la cual se pide al niño que identifique (el nivel de dolor), entre dos extremos. En un extremo  de la línea es cero dolor y en el otro extremo es el peor dolor que se pueda imaginar”, puso como ejemplo el galeno. 

En la clínica también educan a los padres para que controlen el avance de sus hijos en casa. Para ello los dotan de  un cuadernillo llamado Diario del Dolor en donde los padres van anotando como ha estado controlado.