Médicos preocupados por pacientes renales del Rosales

Asociación de Nefrología y Colegio Médico destacan falta de un programa nacional de atención a la enfermedad renal. 

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Durante las últimas dos semanas

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23 June 2016

Representantes del Colegio Médico y de la Asociación de Nefrología e Hipertensión Arterial de El Salvador (ANHAES) expresaron su preocupación por los pacientes renales que han sido afectados debido al desabastecimiento de catéteres rígidos en el Hospital Rosales. 

“Lamentamos esta situación porque la consecuencias siempre las van a pagar las personas más vulnerables, que en este caso son los pacientes renales”, dijo el presidente del Colegio Médico, Juan Antonio Tobar. 

Los insumos se agotaron hace más de una semana. La mayoría de los pacientes que llegan cada día para ser dializados depende de los catéteres rígidos para ser tratados.  

Ellos reciben su diálisis solo una vez a la semana, pero desde el desabastecimiento hay pacientes que ya llevan más de 15 días sin ser dializados sufriendo serias consecuencias en su salud. 

Ramón García-Trabanino, nefrólogo y representante de ANHAES, es contundente al aseverar que una persona que ya no cuenta con riñones funcionales puede morir sin la diálisis. 

Es alto el riesgo de un paro respiratorio o cardíaco ante la imposibilidad de eliminar el líquido y las sustancias tóxicas acumuladas en su cuerpo. 

De hecho, muchos de los 40 a 50 pacientes renales nuevos que llegan delicados a la Emergencia del Rosales presentan problemas para respirar y necesitan una diálisis con urgencia. 

La mayoría no sabe que ya padece de enfermedad renal crónica (ERC) terminal hasta que llega en esas condiciones al hospital. 

El director del Rosales, Mauricio Ventura, ha argumentado que los catéteres rígidos son insumos obsoletos y que ha presionado a Nefrología para que coloque catéteres blandos a los pacientes. 

Pero Tobar, quien por años estuvo a cargo del área de Emergencias, destacó que las circunstancias de los pacientes y del hospital impiden prescindir por completo de dichos insumos.  “Hay ciertos momentos en los cuales la crisis de los pacientes no permiten esperar el tener un catéter blando para que pueda hacerse el manejo, hay que hacerlo con la opción rápida e inmediata que sería el catéter rígido”, explicó Tobar. 

El servicio de Nefrología y el de Cirugía están colocando catéteres blandos, pero el proceso debe ser meticuloso y solo logran operar de dos a cuatro pacientes diarios. 

A la semana reciben a 360 pacientes que requieren la diálisis peritoneal intermitente manual. Además hay alrededor de 200 pacientes dispersos en otros servicios que no llegan a Nefrología. 

 Ventura  dijo también que la empresa a la que compran los 15 mil catéteres rígidos se atrasó en la primera entrega que debió realizar el 21 de mayo, también debía entregar mil catéteres la semana pasada, pero no lo hizo.  

Ventura aseguró que el jefe de Nefrología, Ricardo Leiva, no hizo las previsiones de insumos  que le correspondían. “Entonces para qué vamos a tener jefes si quieren que el director haga todo el trabajo”, manifestó. 

Ante las fallas de la empresa, Ventura dijo que adquirirían 4 mil catéteres con otro proveedor. 

Para el secretario del Sindicato de Médicos del Hospital Rosales (Simehr), Alcides Gómez, el desabastecimiento se ha dado por problemas administrativos de la dirección y del Ministerio de Salud. 

“En lugar de buscarle solución, tratan de dañar al médico que conoce de los problemas que sufren los pacientes”, dijo Gómez. 

Tobar también consideró que no se ha actuado de forma rápida para subsanar el problema. “Ya no debe continuarse con eso de querer buscar como responsable a quién no lo es, porque el doctor Leiva no tiene la culpa de que las cosas estén como estén, ni en términos de la cantidad de pacientes ni en las alternativas que se cuentan”, dijo.  

García-Trabanino expuso que para ponerle catéteres blandos a todos los pacientes  nuevos que llegan cada mes sería necesario duplicar cada año la cantidad de nefrólogos y del presupuesto para diálisis. “No es problema del médico, hay una epidemia y la cantidad de pacientes sobrepasa la capacidad instalada”. 

El nefrólogo resaltó la falta de un plan nacional de salud renal, de un registro de los pacientes renales que hay en el país, así como de un organismo nacional de trasplantes. 

“Faltan muchas cosas que hemos venido pidiendo por décadas”, dijo García-Trabanino, quien consideró que no ha habido un verdadero reconocimiento de la epidemia renal que enfrenta el país. 

“La enfermedad renal crónica, el cáncer y el trauma son los problemas más graves  y no vemos programas bien definidos y concretos que resuelvan esto”, expuso Tobar. 

A favor del catéter rígido en casos críticos 

La presidenta de la Asociación de Pacientes con Insuficiencia Renal, Norma Alvarenga, consideró importante dejar de usar el catéter rígido para pasar al catéter blando para realizar la diálisis .

Pero también reconoció la necesidad de tener catéteres rígidos disponibles para los pacientes que llegan en estado crítico o deben esperar su turno para que les pongan el blando. Añadió que dieron charlas a pacientes sobre el uso y cuido del catéter.

Alvarenga pidió paciencia a los que han pasado más de dos semanas sin diálisis y que cuiden su dieta. “Les digo tengan la fe en Dios y para mientras vamos a ver cómo hacemos porque todavía los médicos no están dando abasto”.