Desde junio de 2009, el desarrollo del deporte de alto rendimiento ha dado tumbos en El Salvador, con muchos tira y encoge. Hay retrasos en las entregas de fondos, por la excesiva y a veces irrazonable burocracia.
Estas diferencias casi siempre han terminado en conversaciones de pasillo o en el silencio de presidentes de las federaciones, para no verse perjudicados.
En los últimos dos años, las disconformidades se han vuelto abismales para un sector de la dirigencia, ya que según apuntan, estos impasses ocurren por “presiones políticas”, y el INDES (Instituto Nacional de los Deportes) apunta a cuestionar a los deportes elite, con pocos atletas pero con buenos resultados internacionales, así como la entrega de recursos. Las declaraciones del titular de la institución, Jorge Quezada, advierten varios federativos, vienen a certificar su nueva forma de dirigir el ente estatal.
En el detalle del Presupuesto General de la Nación, el INDES cuenta para 2016 con $12 millones 401 mil 945, de los cuales $4 millones 946 mil 690 son para la dirección y administración institucional. Estos recursos son operativos, y pasan por la administración de Quezada.
Además, $7 millones 255 mil 255 son administrados por el gerente del INDES y están designados para actividades deportivas, y $200 mil para programas de desarrollo.
Seis millones son repartidos entre 40 federaciones y cuatro organizaciones más, y los montos a entregar están supeditados al rendimiento y resultados.
Muchos deportes, como es el caso de vela y físicoculturismo, tienen atletas de alto rendimiento, pero el crecimiento no es masivo como el fútbol, cuya federación recibirá este año $550 mil, pese a los resultados negativos en todas las categorías, y de estar a un paso de la eliminación al Mundial de Rusia 2018.
Sus fondos no son auditados por el INDES, y este año, para alejarse de la polémica de una federación que recibe fondos sin mayores resultados, condicionó los mismos, asegurando que estos no son para la Selección Mayor ni la sub-23.
“El año pasado dejamos la sub-23, pero para este año la evaluación es que no debe estar ahí. También es para contratación de entrenadores nacionales, si trae un extranjero tendrá que contratarlo con el presupuesto que ellos gestionen”, aseguró Quezada en enero pasado.
Quezada hizo señalamientos contra las federaciones de fútbol, remo, golf y paracaidismo. De esta última sentenció que “es un hobby, y los impuestos del pueblo no están para mantener esos hobbies. A golf le damos dinero, pero los eventos no son abiertos al público. Esas cosas tenemos que corregirlas y concentrar el dinero donde se den objetivos estratégicos que le den ayuda al país”, explicó en un programa radial.
Agregó que “no se vale que a una federación le demos $100 mil y solo tenga 14 atletas. Eso pasa con remo. Ocupan el dinero para lo que ellos quieren y hay un instructivo que dice para qué ocupar el dinero. El jefe de misión se va con gastos de bolsillo de $5 mil para juegos donde todo está pagado. Debemos ponerle atención a eso aunque genere malestar”.
Se intentó hablar con representantes de la federación de remo, pero uno de ellos, de forma escueta y manteniendo reserva de su nombre, dijo que “todo es parte de una situación surreal y de un proyecto político del gobierno”.
La valoración anterior la sostiene Óscar Joao Picardo, exmiembro de la Federación Salvadoreña de Motociclismo (Fesamoto), quien inmediatamente salió al paso de las declaraciones de Quezada, subrayando que “la decisión (del recorte presupuestario a Fesamoto) fue ideológica. Su argumento fue financiero. Dijo que para practicar motociclismo, había que comprar motos y que ese era un deporte de ricos y eso es falso. Hay jóvenes que tienen motos de bajo presupuesto y la mayoría de ellos son pilotos patrocinados, que no tienen para comprar su moto. Nosotros criticamos que mantuviera presupuestos al golf, ecuestre, etcétera, donde se necesitan mucho más recursos. En el segundo recorte les quitó a esas federaciones, lo cual denota el sesgo de clase ideológico. Es una pena, necesitamos un criterio meritocrático con base en resultados”.
Picardo aseguró a El Diario de Hoy que mantiene este argumento y compartió el siguiente texto en el cual increpó al titular del INDES por asegurar que “si yo llevo mi hijo al tenis de mesa, no me piden la mesa, pero si llevo a mi hijo a motociclismo sí me piden que lleve una moto, y, ¿cuánto vale una moto?”.
Picardo cuestionó a Quezada: “Le pregunto a usted: Ecuestre tiene 30 mil de presupuesto, ¿dónde prestan los caballos?; Golf, 6 mil, ¿adónde practico gratis, en El Campestre o en el Club Salvadoreño?; Ciclismo tiene 185 mil, ¿me prestan la bicicleta si voy a la federación?; Tiro tiene 175 mil, ¿me dan pistola y munición gratis si voy a practicar?; Bowling tiene 115 mil, ¿me prestan bola y cancha gratis si voy a practicar?; Vela tiene 37 mil, ¿me prestan la nave para ir a hacer vela?; Paracaidismo 15 mil, ¿a dónde regalan el paracaídas y la hora de vuelo?”.
La crítica de Picardo no es única. Varias federaciones aseguran que los señalamientos del INDES son descabellados y lo que está de fondo es alcanzar un control total de las organizaciones a través de los fondos. Piensan que lo que pretenden, en muchas de ellas, es colocar activistas políticos, en un programa que busca tener control total del deporte salvadoreño, incluido el Comité Olímpico de El Salvador (COES).
Los nombres de estas federaciones y sus representantes no figura en este artículo a solicitud de los mismos, ya que no quieren problemas “con la estructura política que está al frente”.
El recorte de fondos no sería un punto de honor o de reivindicación deportiva si algunas de estas federaciones señaladas como hobbies no tuvieran centros de formación y programas para alejar a los jóvenes del fenómeno de la violencia, que ha sido incapaz de revertir el actual gobierno y no tuvieran en sus filas a deportistas de alto rendimiento como es el caso de vela, con Enrique Arathoon, quien en 2015 clasificó a los Juegos Olímpicos Río 2016, siendo el segundo atleta salvadoreño en clasificar después de la tiradora Lilian Castro.
El “hobby” que representará a El Salvador en los Olímpicos
Quique Arathoon es un joven velerista de 23 años quien participará por primera ocasión en los Juegos Olímpicos, y que después del último Mundial de Vela está en el puesto 10. Su boleto lo consiguió el año anterior en los Panamericanos realizados en Toronto, Canadá, cuando terminó en la posición 11. Su última participación fue a mediados de mayo, finalizando 17 en el Mundial Laser 2016, realizado en Puerto Vallarta, México.
El aporte económico para la participación en Puerto Vallarta corrió por parte de su familia y una beca del COES, con la promesa que en los últimos días de mayo, la federación de vela recibiría del INDES el dinero para devolverlo al deportista. Fueron aproximadamente $3 mil 500 en pasajes, estadía e inscripción.
Hacia la primera quincena de junio, el INDES entregó el monto pactado y ahora están a la espera de los desembolsos para la preparación previa a los Juegos Olímpicos.
La preparación de Arathoon se realiza con fondos de su familia y una beca del COES, y está valuada en cerca de $60 mil anuales.
La beca de Solidaridad Olímpica cubre $20 mil, la diferencia surge del patrimonio familiar de Arathoon, para competir por El Salvador.
El INDES abona a la federación de vela $37 mil, dinero que según el presidente de la asociación, Jorge Guevara, “en un 100 % está destinado a 50 chicos de los municipios más pobres del país: San Martín y San Pedro Perulapán, en los alrededores del lago de Ilopango”.
Además para el pago administrativo, operativo y dos entrenadores que “ganan un poco más arriba del mínimo”.
Guevara rompe con el argumento de “hobby”, explicando que la preparación de los atletas pasa por 40 o 44 horas a la semana, y “tienen que tener asegurada la vivienda y la alimentación”.
Entre las comparaciones que Guevara ha enfrentado con la federación de vela, están las de que es un deporte elitista, de pocos individuos. Comparado con fútbol y baloncesto.
“Lo que he aprendido a reconocer es que su analogía es diferente y no hay que discriminarlo”, considera.
Amplió que buenos atletas han abandonado el deporte por la falta de apoyo, y muchos son de escasos recursos, que por las zonas en las que viven, buscan alternativas para no caer como víctimas o partícipes de la violencia.
Esa “discriminación”, subrayada por Guevara, lesiona el ímpetu de varios atletas de deportes no tan populares, pero que tienen alta incidencia a la hora de reconocer el prestigio internacional del país. Tal es el caso de físicoculturismo, que pasa por largos periodos sin recibir sus fondos, pero en los últimos años han cumplido con una buena cosecha de trofeos y medallas.
El presidente de la federación de físicoculturismo, Fabrizzio Hernández, sostuvo que -afortunadamente- el INDES le “ha entregado todo para el funcionamiento. Hemos tenido a tiempo los salarios, pago de servicios básicos, pero el objetivo principal y el deber ser de la federación, al cual nos debemos, son los atletas, y ellos están saliendo afectados”.
Hernández comentó que “los estímulos al mérito deportivo es una parte fundamental para que los atletas se sientan valorados. El año anterior los entregaron en junio”, y según confirmó el dirigente, ya entregaron cuatro meses de estímulos a los atletas.
Este año, el físicoculturismo salvadoreño puso un pie en la elite mundial. Fue en el prestigioso Arnold Classic, cuando el país consiguió una medalla de plata de la mano de Flor Morán, así como una quinta y una décima posición. “Los atletas fueron, vinieron y eso significa que alguien lo pagó, ¿y quién lo pagó? Lo pagaron los atletas, sus familiares, sus allegados. Hicieron colecta para que pudieran ir, esperanzados a que se les reembolsaría”, confesó Hernández.
Para el Arnold Classic, el aporte del INDES sería de $2 mil 500, cuando la federación y los atletas gastaron $6 mil. La diferencia llega de fondos familiares y actividades de la asociación.
“Para ese evento, un atleta residente en Columbus nos hospedó en su casa y nos dio su vehículo. Como directivo aporté con mi boleto y el boleto de otro atleta”, afirmó Hernández.
Una de las ironías que encuentra Hernández es que “en la administración anterior y en esta, han dicho que no nos van a dar más (recursos económicos) porque nosotros producimos, lo cual es un castigo a la eficiencia”.
En este sentido, otros dirigentes sostienen que la asignación de los fondos es arbitraria, sin discusión, más que la aceptación cuando se realizan las juntas con los representantes.
Hernández mandó un mensaje a los demás dirigentes: “A los colegas electos por las federaciones del comité directivo, les recuerdo que los cargos no son para calentar sillas ni para mal lucirlos... aún estamos a la espera de poder trabajar en conjunto tal como dijeron en la elección”.
Amparados en la carta olímpica
Para el presidente del COES, Eduardo Palomo, la situación de las federaciones es un “accionar por medio de la intervención”, y pone por ejemplos: “la federación de atletismo; la toma de las piscinas, la expropiación de la casa de botes de remo en Coatepeque, la negligencia en reconocer al rugby, hockey sobre césped, canotaje, pentatlón moderno y la violación del debido proceso al negar el presupuesto a varias federaciones, socavan la autonomía de las instituciones de una forma sistemática, la de respetar el rol y autonomía de las federaciones. La dependencia económica crea un régimen, y no debería ser porque el origen de las federaciones es autónomo y no objeto de manipulación política”.
La valoración del presidente del COES se fundamenta en que las federaciones nacen en el movimiento olímpico internacional y no están subyugadas a los gobiernos ni responden a intereses políticos.
Aún así, varias federaciones advierten que la injerencia es diaria y constante.