Los centros penales de San Miguel y Chalatenango, que están en el centro de las cabeceras departamentales, son los próximos en la lista para ser desalojados de reclusos.
Así lo confirmó la mañana del viernes el director de Centros Penales, Rodil Hernández, en una entrevista de televisión.
La medida se aplicará hasta que se establezca el espacio necesario en otros centros de reclusión afirmó Hernández.
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Cuando fue concebido el penal de Chalatenango estaba ubicado en las afueras de esa ciudad, pero con el crecimiento poblacional el presidio fue quedando rodeado de casas. Al punto que delincuentes aprovechan para lanzar objetos ilícitos desde las calles aledañas.
En San Miguel, el caso se repite. Según el funcionario de penales, el centro es como “una casa de una manzana en medio de la ciudad”, lo que también facilita para que cualquier persona lance “chorizos” -bolsas con teléfonos y droga- hacia el interior.
Por ahora hay cerca de 30 mil presos en las cárceles, con lo cual el nivel de hacinamiento se vuelve “una bomba de tiempo” en cada uno de los centros de internamiento.
La Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia resolvió declarar ilegal ese hacinamiento porque “vulnera el derecho fundamental a la integridad personal debido a la privación de libertad en condiciones inhumanas”.