La palabra que define a Fernando Ramos es emprendedor. Lo demostró desde su niñez en la Bahía de Jiquilisco, Usulután, cuando se inició como pescador.
“Tenía como 13 años cuando decidí aprender a pescar”, contó Ramos; quien nació el 16 de junio de 1916 en Zacatecoluca. Estudió hasta cuarto grado.
A los 15 años se fue a vivir donde su tía en el mismo municipio, fue allí donde aprendió el oficio de zapatero. Luego trabajó en un ingenio como pesador de caña, después cambió de ingenio e hizo carrera.
Se ha casado tres veces y ha conocido más de cinco países.
“A mí no me ha faltado nada que hacer. Creo que en 100 años lo he hecho todo, pero lo irónico es que he sentido que el tiempo ha sido corto, que el tiempo no ha pasado y que sigo siendo el mismo Fernando de siempre”, aseveró.
Él ve la paternidad como un regalo de Dios: “Ser padre a mí me cambió la vida y aunque tuve varios matrimonios, nunca dejé de ser responsable, nunca dejé de estar pendiente de mis hijos. Ese es mi principal consejo para los jóvenes de hoy, no pueden dejar a una mujer sin su ayuda, eso no es ser un hombre de verdad”, puntualizó.
Don Fernando, siguiendo su espíritu emprendedor, compró una mediana empresa; lamentablemente quebró, pero eso no lo hizo desistir de sus sueños de progresar.
“Hoy puedo decir que hubo épocas que tuve todo en la vida, pero no era del todo feliz, por lo que hoy, que no tengo nada (material), me doy cuenta de que tengo todo lo que necesito y es el amor de mi familia”, concluyó.
"Hoy que no tengo nada me doy cuenta que tengo todo lo que necesito". Fernando Ramos