La campaña electoral para las elecciones presidenciales del 2014, progresivamente se intensifica a medida pasan los meses y se acorta el tiempo para los comicios. Hasta el momento, los diferentes candidatos trabajan arduamente el territorio en busca de los votos de la ciudadanía. Ineludiblemente, emiten opiniones relacionadas a temas de interés nacional que, en la mayoría de los casos, están en función de coyunturas particulares por las que atraviesa el país. La controversial oscuridad y falta institucionalidad que implica la iniciativa gubernamental conocida mediáticamente como "la tregua", ha sido un tópico que, en un momento determinado, ha sido abordado por cada uno de los candidatos, algunos con posiciones más definidas que otros.
Algunas opiniones vertidas por los participantes en la contienda, han propiciado un cruento ataque por parte del presidente Funes y algunos de sus funcionarios que se dan por aludidos. El mandatario acusa de politizar el tema a los que emiten opiniones adversas a su abordaje y, por esa razón, les ha exigido desistir de emitir cualquier tipo de crítica en relación a "la tregua".
La delincuencia y las estrategias gubernamentales orientadas a controlarla son temas de nación y, por lo tanto, todos debemos de apoyar las medidas y estrategias que sean genuinas, transparentes y técnicamente fundamentadas. Todos los salvadoreños, por otro lado, estamos obligados a disentir, denunciar y criticar toda iniciativa oscura, engañosa, populista, superficial y mal intencionada, que sean propuestas por el político o funcionario que sea. "La tregua", lastimosamente, encaja en este último tipo de abordaje.
Según reveló Douglas Moreno, exviceministro de Justicia y Seguridad Pública, a un medio digital, dicha iniciativa implicó que él negociara con cabecillas pandilleros, con el conocimiento y anuencia del presidente Funes y David Munguía Payés, exministro de Justicia y Seguridad Pública. Además, Ricardo Perdomo, predecesor de Munguía, hace poco reveló que las pandillas aprovecharon "la tregua" para fortalecerse y ampliar sus actividades criminales, incursionando en delitos más complejos y rentables. Ambas declaraciones confirman, por lo tanto, que la estrategia gubernamental es un engaño, un espejismo utilizado para aparentar una reducción de la criminalidad y esconder su agravamiento.
Los ciudadanos debemos de exigirle a los candidatos hablar sobre temas tan delicados y peligrosos como éste. Necesitamos escuchar cuál es la lectura y posición de los que están compitiendo por gobernar el país por cinco años a partir del 2014. Fomentar la discusión, abierta y franca, de "la tregua" y sus consecuencias, obligará a que cada candidato analice el problema delictual de forma seria, objetiva y técnica, y, de esa forma, identificar soluciones acertadas.
Hay otros temas relacionados a la seguridad pública, que conllevan graves y peligrosas implicaciones, que también ameritan discusión. La penetración de grupos criminales transnacionales, por ejemplo, que ha sido señalada en diversos informes elaborados por organizaciones del extranjero, es un tópico que los ciudadanos debemos de exigirle a los candidatos que aborden. Este problema en particular involucra hablar sobre la infiltración de las instituciones públicas por parte del crimen organizado, que ha sido denunciada recientemente por Naciones Unidas. El informe de una firma consultora estadounidense incluso acusa a las autoridades de hacer cambios de jefaturas dentro de la Policía en función de los intereses de grupos criminales.
Así como éstos hay más temáticas y lo importante es no censurar su discusión pública. La ciudadanía se encargará de juzgar a los que se oponen por razones ideológicas o intereses particulares a propuestas y análisis serios y fundamentados. Los candidatos que eviten hablar de este tipo de situaciones gozarán del rechazo del electorado, ya que su silencio se interpretará como complicidad
*Máster en criminología
y ciencias policíacas.
@cponce_sv