La búsqueda de mejorar la calidad de vida de las actuales y futuras generaciones, es el mejor discurso existencial que debemos perseguir los adultos.
Además de viabilizar el acceso a las nuevas tecnologías a los jóvenes, debemos inculcarles el aprecio por la naturaleza, especialmente describiendo las bondades de las plantas como generadoras de oxigeno, su función como reservorio de carbono, elementos esenciales para detener la erosión.
También deben conocer la participación de los árboles en el ciclo hidrológico ya que son los canales naturales para que el agua lluvia se infiltre al sub suelo, facilitando el enriquecimiento de los mantos acuíferos, generando microclimas agradables que evitan el recalentamiento de la capa superficial del suelo, al cual proveen de la biomasa que da vida y riqueza nutricional al suelo, transformándolo en tierra fértil que es alimento para diferentes cultivares.
Todo lo que consume el árbol en su vida, lo reintegra al medio al descomponerse.
Además los árboles nos proveen madera, frutas, flores, follajes atractivos y son el bastión alimenticio de la fauna silvestre.
Se extinguen
Es importante recordar las bondades de árboles que en el pasado abundaban, que hemos marginado y hoy están en la frontera de la extinción.
El matasano es un árbol tropical que se adapta a diferentes condiciones de tierra, produce abundante fruta, la cual se consume fresca y se puede convertir en néctar para envasarlo y exportarlo.
Además es una delicia para aves como el chengo, la urraca, la chiltota.
Es llamado la manzana de Mesoamérica. Cada fruto, tiene dos o tres semillas de regular tamaño.
Estas semillas son la comida favorita de los tepezcuintles, que, al haber cada vez menos árboles de matasano, se reduce también la población de estos mamíferos que brindan una deliciosa carne.
Otro árbol que se debe plantar es el chaperno, que es un productor de excelente leña para la generación de carbón, resistente a todas las condiciones desfavorables de suelo, con enorme capacidad de rebrote y si se planta para bosque energético, es uno de los más adecuados por el elevado nivel de calor que genera al quemarse.
El zapote de olote o zapotillo, es de un follaje brillante verde por el haz y blanco por envés, lo que lo hace un árbol decorativo, produce abundante fruta que en cierto grado de maduración es muy deliciosa para consumir fresca y se puede usar para fabricar néctares y vino, sin mucho procesamiento.
Pero su verdadera función es como un bastión en la cadena alimenticia para las aves y las abejas.
Sus semilla son apreciadas por tepezcuintes, taltuzas, ardillas y otros animales silvestres que dan identidad a nuestra flora y fauna tropical.
Aún contamos con árboles orgullo del pasado y promisorio para el futuro, como el bálsamo, pacún, caulote, nance, volador, palo colorado, chaya, arrayán, palo de pan, cedro, leucaena, ojushte, entre otras bondadosas especies que deberíamos sembrar de forma masiva en las cuencas de ríos y en cualquier otro lugar.
Es positivo escuchar a personas e instituciones que tienen claras las bondades de los árboles y la importancia de la recuperación ambiental.
Pero más positivo es pasar de las palabras a los hechos y contribuir de la única forma que podemos, a recuperar un óptimo medio ambiente: sembrando árboles.
No es difícil ayudar a la naturaleza, todo es cuestión de actitud y debemos dar testimonio con nuestras vidas y ser consciente que dejaremos un excelente legado a las nuevas generaciones.
En el Vivero San Andrés, se producen las especies antes mencionadas y otras, para fortalecer nuestro ecosistema. Consecuentes con la problemática de la degradación ecológica y los efectos del cambio climático, brindamos asesoría gratis y ejemplares al costo para planes de Responsabilidad Social Empresarial y proyectos formales de reforestación en cualquier sitio del país.