Tres realidades

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10 agosto 2013

A veces confrontamos y tenemos que sobrevivir entre tres realidades: La realidad real, la realidad distorsionada y la realidad deseable.

Le explico: Se trata de un empresario que con mucha ilusión desea ampliar su negocio. Planifica lo que quiere hacer, consigue los recursos para su realización, se organiza para llevarlos a cabo y esforzándose consigue llegar al final, y satisfecho, entusiasmado y siguiendo los procedimientos,solicita los permisos de apertura a la alcaldía, que en su día emitió los permisos para la realización de la obra.

De varios departamentos de la alcaldía visitan el lugar, observan que se trata de un proyecto que cumple con los requisitos e incluso felicitan al empresario por la realización y finalización del proyecto, que desde hace más de un mes está listo para ser abierto a sus clientes potenciales.

Satisfecho por lo conseguido, ya listo para operar el negocio y todos contentos, porque solo falta obtener los permisos de los cuales incluso ya se pagaron las tasas correspondientes, aparece de pronto un departamento que dice que antes de abrir, ellos deben hacer una inspección.

Se solicita la inspección, tardan varios días en realizarla y envían a un empleado que, aun no se sabe por qué, tergiversa intencionadamente la finalidad del negocio y predispone al alcalde y al concejo para que se cuestione el permiso.

El empresario visita al alcalde, le explica personalmente y por escrito la finalidad del nuevo negocio, que con este proyecto se crearán puestos de trabajo, que se incrementarán los ingresos y se pagarán más impuestos, y que "contundentemente" lo que le han informado no es la verdad.

Y curiosa y tristemente, prevalece la opinión del empleado que ha distorsionado por completo la finalidad del negocio, frente a la palabra y compromiso del empresario.

Preocupado por esta condición, el empresario decide invitar a todo el concejo a que realice su siguiente reunión en las nuevas instalaciones del negocio, para que de primera mano puedan comprobar su verdadera finalidad y decidan pronto el otorgamiento de los permisos.

Pues si señor. Esta es la realidad distorsionada que en la mente del alcalde y el concejo esta fungiendo como la realidad real. Y en lo que se está, en estos momentos y que está costando esfuerzos, tiempo y desgaste emocional, es cambiar en el pensamiento del alcalde y el concejo de la "realidad distorsionada" a la "realidad real".

¿Y cuál debiera ser la realidad deseable? Sencillamente, que si el empresario, personalmente visita y le explica por escrito al alcalde la finalidad del nuevo negocio, por lo menos, estando a diez minutos el negocio de la alcaldía, enviar a otras personas a verificar, o sencillamente dar fe a las palabras y el compromiso del empresario.

¿Con tanta falta de creación de empleo, cree usted que lo que está sucediendo es lo correcto?.

*Ingeniero.

Columnista de El Diario de Hoy.

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