Compañeros de policía proveen de víveres a su viuda y cinco hijos

El agente fue ultimado hace casi un año y era quien llevaba el sustento a casa. Amigos se han solidarizado 

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Policías honores

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02 June 2016

Durante el tiempo que el agente José Adán Servellón Benavides prestó servicio en la Policía Nacional Civil  se hizo de muchos amigos.

Con algunos de ellos, incluso, se crearon lazos de fraternidad que ni la muerte del agente han podido desatar.

Servellón, quien tenía 37 años, fue asesinado a balazos el 27 de junio del año pasado, en una zona rural de Huizúcar, La Libertad.

Varios pandilleros lo interceptaron cuando iba en una moto a comprar el almuerzo para sus cuatro hijos, quienes no pasan de los  11 años, y su esposa, quien estaba embarazada.

La familia de Servellón vive  en condiciones modestas y tiene muchas necesidades:  él era el único encargado de llevar el alimento a casa, mientras su cónyuge se encargaba de cuidar a los niños.

Desde que el policía fue asesinado, la situación económica de la viuda y sus hijos se ha complicado.

El quinto hijo de la pareja nació hace un par de meses y eso le ha impedido a la señora buscar un trabajo para solventar las necesidades de dinero. 

El proceso para cobrar el seguro de vida que le correspondía al agente ha sido tardado. La familia prácticamente subsiste de la caridad.

Al ver estas necesidades, un grupo de amigos que la víctima hizo en el trabajo se ha organizado para entregarle cada cierto tiempo víveres o dinero, de acuerdo a sus posibilidades.

“Para nosotros fue un golpe duro. Es lo menos que podemos hacer por ellos. Trabajábamos juntos (con Servellón) y hasta del mismo plato comíamos”, así es como resume un colega de la víctima lo que los impulsa a no dejar desamparada a la familia.

Los delincuentes mataron a José Adán sin importar que dos de sus hijos presenciaran el ataque.

Ambos niños han quedado traumados, según los compañeros del policía. Cuando las condiciones lo permiten, los agentes suelen llevar a los hijos de su amigo a realizar actividades recreativas.

Unos meses después del homicidio de Servellón empezaron a tocar puertas dentro y fuera de la institución para que los niños puedan recibir asistencia psicológica. 

La insistencia de los policías ha valido la pena, en los próximos días los hijos de su amigo podrían iniciar las terapias.