El FMLN y los desplantes de seguridad

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25 julio 2013

Hace un par de días dieron la vuelta al mundo varios videos y fotografías mostrando a una pareja saliendo de un hospital para enseñar su hijo recién nacido a una multitud jubilosa. En los videos y en las fotos es evidente la falta de un despliegue visible de seguridad. Lo único parecido a esto eran tres policías uniformados de Londres, de los que se paran en las esquinas y no usan armas. La pareja se acercó a la multitud que entusiasmada tomaba fotos y videos y conversó casualmente con ella. Después de unos minutos, se despidieron y regresaron al hospital. Posteriormente, el padre apareció en su carro, fijó una sillita de bebé al asiento posterior, puso a su hijo en ella, ayudó a su esposa a subir al carro y se alejó manejándolo él mismo.

Conociendo la sicología de los miembros del gobierno del FMLN es fácil imaginar el desprecio general que estas escenas deben haber generado en ellos. Lo primero que deben haber pensado es que esos eran unos cualquieras, unos desconocidos. ¿Cómo no lo serían si no había Hummers, ni helicópteros, ni luces azules y rojas titilando alrededor, y el señor no hacía gestos para que se le viera que tenía un Rolex, si hasta a lo mejor no lo tenía? Alguien quizás les explicaría entonces que todo el mundo, desde Kenia a Kazajstán y de Bolivia a India conoce a esas personas por sus nombres de pila, William y Kate. Pero, dirían entonces los del FMLN que quizás sean celebridades pero no gente importante políticamente como ellos, porque no lograron ver tanques, ni soldados camuflados, ni motociclistas apartando a trompadas a la gente cuando se aproximó la familia a la multitud. Alguien quizás les explicaría que el señor y el bebé están en línea directa para ser reyes de Inglaterra, Canadá, Australia y Nueva Zelanda, y que aunque los reyes no mandan tienen enormes responsabilidades para representar a su gente y a los 54 países de la Mancomunidad Británica.

Entonces los del FMLN pensarán que Inglaterra debe ser un país débil militar y económicamente, ya que deja que sus futuros reyes anden por la calle en camisa y pañales sin desplegar un porcentaje alto de sus fuerzas militares. Alguien quizás les explique entonces que Inglaterra es muy fuerte militarmente, que sus fuerzas de elite están entre las dos o tres mejores del mundo, que sus submarinos Trident pueden aniquilar países del tamaño de Rusia, y que sus servicios de inteligencia (MI5 y MI6, en donde sirve el ficticio 007) son famosos por su eficacia.

Entonces los del FMLN pensarían que sin duda todos los soldados, los submarinos, los tanques, los proyectiles intercontinentales estarían cuidando al que realmente manda, el Primer Ministro, y se sentirían felices de haber, al fin, entendido. Pero entonces alguien les contaría que David Cameron llega a veces a su oficina en bicicleta y que, cuando celebró un aniversario importante de su casamiento arribó en España en una aerolínea de descuento y se paseó por Granada tomado de la mano de su mujer, sin ninguna seguridad visible.

¡Ahh!, pensarán entonces los del FMLN, pero este señor Cameron debe ser de baja extracción. No debe estar acostumbrado (como algunos otros aquí en El Salvador que lo han estado desde hace cuatro años) a tomar buen whisky, a fumar buenos habanos y a desplazarse rodeado de motocicletas, luces, tanquetas, soldados, orejas, matones y edecanes y a pasarse llevando de vez en cuando a alguna señora mal puesta o a un exjefe de ANDA respondón. Entonces quizás alguien les cuente que Cameron es descendiente directo de Guillermo IV, tío y antecesor de la Reina Victoria, y por tanto primo en quinto grado de la Reina. Quizás alguien les cuente que se graduó de Oxford con honores. Y, al final, ojalá que alguien, alguien les explique que a la gente realmente importante y con clase le da pena hacer aspavientos de lujo y desplantes de seguridad y que el verdadero poder se ejerce discretamente. ¡Nos ahorraríamos tanto dinero si logramos erradicar la bayuncada!

*Máster en Economía,

Northwestern University.

Columnista de El Diario de Hoy.