"Lumen Fidei", nueva Encíclica del papa Francisco

una mirada de fe Estamos en el Año de la Fe, esta Encíclica nos ayudará a crecer responsablemente en el don de la fe, que como dice el papa Francisco, creer es también una responsabilidad para estar en el mundo y construir este mundo con responsabilidad

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12 julio 2013

El cinco de julio de 2013, se dio a conocer la primera Carta Encíclica del papa Francisco, "Lumen Fidei". Encíclica, es una carta solemne sobre aspectos importantes de la iglesia, que el papa dirige a los obispos y a los fieles católicos del mundo entero. Es el documento de más importancia que escribe un papa durante su pontificado. En la nueva carta resalta la necesidad de "recuperar el carácter luminoso propio de la fe", que es capaz de "iluminar toda la existencia del hombre".

Esta Encíclica fue elaborada en su mayor parte por Benedicto XVI, y completada por el papa Francisco. Está en continuidad con el magisterio de la iglesia sobre la virtud teologal de la fe. Se suma a lo que el papa Benedicto ya había escrito sobre la virtud de la caridad "Deus Caritas est" y "Spes salvi" sobre la esperanza. Son preciosos documentos que forman e informan al pueblo de Dios sobre las tres virtudes teologales.

Cuando la luz falta --leemos en la Encícli-ca-- "todo se vuelve confuso, es imposible distinguir entre el bien y el mal, la senda que lleva a la meta de aquella nos hace dar vueltas y vueltas, sin una dirección fija". "Poco a poco, sin embargo, se ha visto que la luz de la razón autónoma no logra iluminar suficientemente el futuro; al final, éste queda en la oscuridad, y deja al hombre con el miedo a lo desconocido. De este modo, el hombre ha renunciado a la búsqueda de una luz grande, de una verdad grande, y se ha contentado con pequeñas luces que alumbran el instante fugaz, pero que son incapaces de abrir el camino".

El documento papal inicia con una larga introducción, y después, en cuatro capítulos nos presenta una bella reflexión sobre la virtud teologal de la fe. El estilo utilizado hace dialogar la inteligencia con el deseo de lo divino.

En el primer capítulo el papa habla sobre la fe de Abraham, nuestro padre en la fe; habla del pueblo de Israel, y de la salvación mediante la fe y la forma eclesial de la fe. Abrahán no ve a Dios, pero oye su voz y esta actitud le abre la esperanza de un futuro prometedor. En el segundo capítulo Francisco se refiere a la relación entre la fe y la verdad, la fe y la razón, así como el diálogo entre la fe y la teología. El tercer capítulo habla de la fe en la iglesia y la relación que tiene con los sacramentos. El cuarto capítulo analiza la relación entre la fe y el bien común, su importancia en la familia y la sociedad y la relación entre la capacidad de creer y el sufrimiento.

Estamos en el Año de la Fe, esta Encíclica nos ayudará a crecer responsablemente en el don de la fe, que como dice el papa Francisco, creer es también una responsabilidad para estar en el mundo y construir este mundo con responsabilidad para tener justicia, solidaridad y paz. Finaliza resaltando la figura de la Virgen María como "icono perfecto de la fe", pidiéndole que nos ayude a fiarnos plenamente de él, a creer en su amor, sobre todo en los momentos de tribulación y de cruz, cuando nuestra fe es llamada a crecer y a madurar.

*Sacerdote salesiano.