Según la Fiscalía General, el ingeniero Mario César Guerra Álvarez no quería que uno de sus trabajadores que le cuidaba una propiedad en el caserío Belén, cantón Flor Amarilla, en Ciudad Arce, siguiera siendo atemorizado por un pandillero de la zona, Jesús Rosales Ortiz, que lo había amenazado, y para ello habría contactado a los acusados de sicariato a través de una llamada a José Ángel Castillo.
Cuando Castillo recibió la llamada, a eso de las 9:30 a.m. de finales de septiembre de 2014, se encontraba en una carbonera junto a sus hermanos José Ángel y Eduardo, además de Jenson Amaya y clave Sirio.
Al terminar de hablar les dijo que el ingeniero quería tener una conversación con ellos en su empresa.
Minutos después los sujetos se reunieron con él. Después volvieron a la carbonera, ahora, ahí estaba José Luis -, a quien le contaron los planes que habían armado: el guardaespaldas de Guerra Álvarez los acompañaría hasta el caserío Belén para indicarles quién era Ortiz , y así procederían a matarlo.
Pagarían $200 a cada uno por el crimen, dice el documento de la acusación.