Durante 2015, el país recibió a 52,157 salvadoreños deportados por vía aérea terrestre y aérea procedentes de Estados Unidos y México. En lo que va de este año, según la Dirección General de Migración y Extranjería, más de 17 mil salvadoreños han vuelto al país en esas condiciones.
Ayer, durante su visita al Centro de Atención Integral al Migrante, en La Chacra, el Secretario del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jeh C. Johnson, no descartó que las deportaciones continúen pues en sus palabras, las fronteras estadounidenses “no están abiertas para la migración ilegal”. Esa frase se escuchó cuatro o cinco veces más cada vez que el funcionario respondió las preguntas de la prensa.
Johnson explicó que cualquier persona que sea capturada intentando cruzar de forma ilegal la frontera Sur de Estados Unidos tiene prioridad para ser deportada.
No obstante, matizó, su gobierno también hace esfuerzos para facilitar la migración legal. Al respecto recordó que el año pasado se creó un programa que permite a familias migrar de forma regular. Aseguró que de 7 mil solicitudes recibidos, han sido aprobadas mil hasta el momento.
Antes de visitar el centro de Atención Integral al Migrante en La Chacra, Johnson estuvo en el aeropuerto Internacional de El Salvador. Ahí fue testigo de la llegada de un grupo de deportados procedentes de Texas. Después sostuvo una reunión con el presidente Salvador Sánchez Cerén.
El Secretario del Departamento de Seguridad Nacional de EE. UU., recordó que el Congreso de dicho país aprobó un desembolso de 750 millones de dólares para el Triángulo Norte, a fin de que El Salvador, Guatemala y Honduras tengan las condiciones necesarias para que sus habitantes no se vean forzados a emigrar. Cuestionado sobre si el país está haciendo los esfuerzos necesarios para ello y si será merecedor de esos fondos, Johnson respondió: “El gobierno de El Salvador está haciendo un buen trabajo para poder calificar al otorgamiento de estos fondos que son donados por nuestro Congreso”.
Respecto al combate de la inseguridad, uno de los motivos que ha estado empujando a adultos y niños a emigrar hacia Estados Unidos, según ACNUR y diversas investigaciones, Johnson agregó: “Según lo que he escuchado, ha habido una reducción en la tasa de homicidios. Me dicen que el gobierno está haciendo esfuerzos para poder tratar y aumentar la seguridad. Hemos ofrecido asistencia (...) El gobierno está haciendo esfuerzos para tratar la seguridad”, afirmó.
Durante el recorrido por el Centro de Atención Integral al Migrante, el funcionario estadounidense fue acompañado por el ministro de Seguridad, Mauricio Ramírez Landaverde; el Director General de Migración y Extranjería, Héctor Antonio Rodríguez; la directora del Conna, Zaira Navas y la directora ejecutiva del ISNA, Elda Tobar Ortiz.
Rodríguez Landaverde aseguró que El Salvador no quiere ser conocido como el país que mejor recibe a sus deportados, sino como un país donde la gente no tenga que migrar, en sus palabras: “Un país de oportunidades”.
El ministro de Seguridad recordó la crisis humanitaria de 2014, cuando miles de niños centroamericanos fueron detenidos en la frontera Sur de Estados Unidos; un hecho que motivó al gobierno de dicho país y a los gobiernos del Triángulo Norte de Centroamérica a a iniciar esfuerzos para prevenir esa emigración. La cual, según ambos gobiernos fue y sigue siendo promovida por estructuras del crimen organizado.
Ramírez Landaverde reiteró que se quiere dar una atención digna y humana a los salvadoreños retornados y aseguró que “menos del 10 % tienen orden de detención”.