Los hermanos Diego Salvador y Julio César Morales Urías llegaron a la hacienda La Pradera, en el cantón Ateos, en Sacacoyo, La Libertad, para encomendarles una tarea a José Rolando Blanco y José Luis Merche: matar a un pandillero que habría asesinado al padre de un hombre que los había contactado desde Estados Unidos. Esto fue a principios de septiembre de 2015, a eso de las 10:00.
Por matar a Oscar René Claros Benítez, (a) Catillo, vinculado a la MS, el hombre pagaba $800. Julio César les dio a Merche y Blanco $200 para que cometieran el homicidio y se comprometió en pagarles el resto una vez lo realizasen. De esta cantidad también sería beneficiado Jenson Amaya, porque aunque estaba en México, era el que prestaba el carro para cometer los crímenes.
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Benítez vivía en lugar conocido como La Totoca, en comunidad Los Próceres, en Zapotitán, Ciudad Arce. Para matar a Claros Benítez habían rentado un Ford. Esa noche lo fueron a vigilar a su casa vestidos con ropa oscura, gorros y chalecos, pero no lo encontraron. Dos días después volvieron a las 9:00 p.m. a la casa, en esta ocasión se les unió Juan de Jesús Martínez y Sirio. Se enteraron que ahí estaba el pandillero y botaron de una patada la puerta para entrar a la sala, ahí estaba Claros Benítez. Lo sacaron de su vivienda y lo mataron arrodillado. Al día siguiente recibieron el resto del pago ($600).
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