El presidente de la Asociación Nacional de la Empresa Privada (ANEP), Luis Cardenal, lamentó la decisión del gobierno salvadoreño de no reconocer al gobierno interino de Brasil, y pidió que se reconsidere su negativa de legitimarlo por considerar que en ningún momento se han roto los conceptos constitucionales de ese país sudamericano.
Cardenal sostuvo que la postura gubernamental con respecto al gobierno interino de Michel Temer puede desembocar en consecuencias negativas para el país.
“Ellos están siguiendo los procedimientos para descubrir la verdad en un caso de corrupción, y debemos de ser respetuosos de ese proceso, no deberíamos de estar emitiendo algún juicio de valor que pueden producir algún tipo de roces o de enfrentamiento con un país amigo y con un gobierno amigo”, afirmó Cardenal.
El dirigente empresarial insistió en que es importante el respeto de las decisiones internas que tomen los países amigos, pero “si nosotros empezamos a cuestionar sus procesos constitucionales, su Constitución, sus investigaciones internas, y hasta donde yo he visto se ha respetado el orden constitucional, no ha habido golpe de Estado por un Ejército, no se ha removido a la fuerza, sino que se ha seguido un proceso acorde a las leyes de Brasil”.
Aunque espera que no se produzcan consecuencias negativas que pongan en riesgo la cooperación brasileña, Cardenal cree que con el hecho de haber desconocido al actual presidente interino “le generamos una molestia y ellos nos hicieron una advertencia bastante fuerte y ante tanto problemas que tenemos, este es un problema innecesario, creo que deberíamos de evitar de no meternos en cosas que no nos va traer ninguna buena consecuencia”.
A Cardenal le preocupa que la posición del gobierno salvadoreño ponga en riesgo la cooperación que Brasil otorga a El Salvador, porque a su juicio, la próxima vez que se estudie ayudar al país y si al final del proceso se decide destituir a la presidenta Dilma Rousseff, “entonces los nuevos gobernantes podrían decir que El Salvador no se comportó como amigo en esta crisis institucional que tuvimos, y por lo tanto van a priorizar ayudar a otros países que ayudarnos a nosotros y eso no sería conveniente”.
La presidenta Rousseff fue suspendida la semana pasada de su cargo por el Senado brasileño mientras se le investiga de maquillar los números que le favorecían a su gestión. La presidenta estará 180 días fuera del poder, al final de ese periodo, el Senado decidirá si hay motivos para enjuiciarla.