El peor presidente popular

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31 mayo 2013

Lo que más se asemeja a ser presidente de la República tal vez sería administrar una empresa con un presupuesto anual de cuatro mil millones de dólares. Claro, las ventajas que tendría este presidente son varias: no tiene ningún requisito más que haber nacido en ese país, no tiene que rendirle cuentas a nadie, si la empresa no es bien administrada o no es rentable no hay ningún problema, pues tiene su trabajo seguro por el lapso en que fue contratado, entre otros.

No ha de ser fácil para nuestro presidente, que no tiene ni título universitario --especialmente para alguien que la mayor experiencia administrativa que tuvo en su vida fue probablemente administrar las entrevistas de la mañana en un canal--, administrar algo como el gobierno. Personalmente, me toca administrar una micro-empresa y aún así me cuesta por mi poca experiencia, no pasa un día sin un reto, el cual me deja alguna enseñanza que poco a poco iré acumulando. Ya me imagino cómo sería ser presidente sin tener la más mínima idea de cómo administrar.

Creo que a la única persona que le importa si el presidente es popular es a él, su familia y las personas que están interesadas en beneficiarse directamente de la popularidad del presidente. ¿A quién le importa que el presidente sea popular? Preferiría tener al mejor presidente de mi vida gobernando mi país y que sea impopular, y no al peor presidente de mi vida y que es popular como el presidente Funes.

Este gobierno definitivamente tiene cosas buenas, logros, avances, hay que reconocerlo. Se ha avanzado especialmente en temas de transparencia por ejemplo, lo cual es un buen freno para la corrupción. Pero, ¿qué ha tenido que ver en eso el presidente? Todos los proyectos que tienen una relación directa con el presidente son lo peor de este gobierno, es decir, lo peor de la administración Funes es el presidente Funes en sí.

El presidente Funes ha sido el que más ha intentado detener la LAIP. Pero adicional a eso, CAPRES hizo públicos todos los archivos que tienen, menos los que realmente le afectan al presidente, como su salario, publicidad, gastos en viajes, viáticos, entre otros. Por ejemplo, solicitamos que por favor nos entreguen cuánto se está gastando en la página Transparencia Activa o en el programa de radio "Conversando con el presidente" y para ambos hemos recibido escusas esquivas para no entregarnos la información.

En el área diplomática, donde es el mayor representante diplomático del país, es hasta capaz de llegar tarde a la cita con el papa. Aquí aplica, "parece que no hay cura", literalmente. Con la inversión, sin lugar a duda el presidente Funes que prometió una "fábrica de empleo" es el causante que miles de personas no tengan empleo, pues posiblemente se han perdido millones de dólares de inversión extranjera y nacional por el simple hecho que no puede controlar su boca.

En cuanto a la política, no es secreto de nadie que quien ha estado involucrado por lo menos de manera indirecta en las crisis institucionales, las cuales ha pasado nuestro país en los últimos años, ha sido el presidente Funes.

Tenemos un presidente que no puede ni andar bien por la calles porque escapa a atropellar a medio mundo, no puede reunirse con empresarios para que inviertan sin pelearse con ellos, ni mantener sólida nuestra institucionalidad ni ser consecuente al prometer transparencia mientras esconde lo que concierne con él. Ya sólo le falta un año, ojalá termine menos popular, y no peor presidente de lo que ya ha sido para nuestro país.

*Lic. en Ecomomía.

Columnista de El Diario de Hoy.

twitter:@SergioTotoR