La iglesia en el mundo celebra la memoria del beato Álvaro del Portillo, quien fuera el sucesor del fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá de Balaguer.
Álvaro del Portillo, fue beatificado en Valdebebas, Madrid España, por el cardenal Ángelo Amato el 27 de septiembre de 2014.
Su fiesta se celebra el 12 de mayo. En 1935 se incorporó al Opus Dei, fundado por San Josemaría Escrivá de Balaguer, el 2 de octubre de 1928.
En El Salvador, fue recordado en una misa oficiada en la iglesia de Montelena, en Antiguo Cuscatlán, La Libertad.
Fue oficiada por el sacerdote Carlos Torrijos quien destacó que el beato Del Portillo, fue un modelo que se debe imitar.
“Hoy recordamos la santidad del beato. Tuvo su lucha pero llegó a la meta de la santidad”, expresó.
Señaló que Álvaro del Portillo se tomó en serio el ser santo y se portó como un pastor ejemplar, que siempre tuvo una sonrisa y sabiduría.
“Nos ayudó, a través del Opus Dei, a ser buenos”, dijo.
Su historia
Según una publicación de aica.org, el beato Álvaro del Portillo fue un obispo, ingeniero civil, doctor en filosofía y en Derecho Canónico; primer sucesor de San Josemaría Escrivá de Balaguer al frente del Opus Dei.
Nació en Madrid, España, el 11 de marzo de 1914.
Ingresó al Opus Dei en 1935, cuando era estudiante de la Escuela de Ingenieros de Caminos de Madrid.
El 25 de junio de 1944, tras finalizar los estudios civiles y eclesiásticos, se ordenó sacerdote en Madrid, de manos del obispo de la diócesis, monseñor Eijo y Garay. Allí ejerció el ministerio sacerdotal hasta que en 1946, se trasladó a Roma. Más tarde se doctoró en Filosofía y Letras y en Derecho Canónico.
Álvaro del Portillo llegó a ser consultor de varios dicasterios de la curia romana, participó en el Concilio Vaticano II, y fue secretario de la comisión que elaboró el decreto Presbyterorum Ordinis, sobre el ministerio y la vida de los presbíteros. Asimismo, mantuvo una estrecha relación con varios papas, especialmente con el beato Pablo VI, uno de sus primeros amigos en Roma.
Según la publicación, tras la muerte de San Josemaría Escrivá en 1975, fue elegido para sucederlo al frente del Opus Dei, que dirigió durante 19 años hasta el día de su fallecimiento.
El 28 de noviembre de 1982, al erigir la Obra en Prelatura Personal, el papa San Juan Pablo II, lo nombró Prelado del Opus Dei, y el 6 de enero de 1991 le confirió la ordenación episcopal. Álvaro del Portillo falleció en 1994 después de una peregrinación a Tierra Santa. San Juan Pablo II fue a orar ante sus restos mortales, como reconocimiento por su servicio al pueblo de Dios.
El 5 de julio del 2013 se hizo público el milagro concedido por la intercesión de este beato. Se trató de la curación del chileno José Ignacio Ureta Wilson, quien con pocos días de vida, sufrió numerosas y graves complicaciones de su salud hasta el punto de que con un mes de vida, sufrió un paro cardíaco entre 30 y 45 minutos. Sus padres pidieron la intercesión de don Álvaro y sobrevivió. Actualmente José Ignacio no presenta graves secuelas de las pasadas dolencias.