El pasado 20 de febrero, el Presidente Enrique Peña Nieto asistió a la Primera Reunión Cumbre de México con los países miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), que tuvo lugar en San José, Costa Rica. Fue la segunda gira internacional de su presidencia y la dedicó a acercarse a una región con la que nos vinculan, como con ninguna otra, la contigüidad geográfica, la historia, la hermandad y la cultura.
En esa oportunidad, los mandatarios instruyeron a los ministros de Relaciones Exteriores a reunirse para "explorar nuevas fórmulas dirigidas a profundizar y fortalecer los vínculos entre México y Centroamérica".
Los cancilleres de dicha región, Colombia, la República Dominicana y México nos reuniremos el viernes 21 de junio en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, sitio emblemático del sur mexicano y punto de encuentro con América Central. Sostendremos, como siempre, un diálogo político franco sobre la base de nuestra sólida cultura democrática, sustentada en valores comunes.
Analizaremos formas para impulsar y fortalecer los vínculos económicos que el año pasado representaron un intercambio comercial entre nuestros países por 10,000 millones de dólares e inversiones mexicanas acumuladas por un monto similar.
A pesar de ello, sabemos que el volumen comercial se encuentra por debajo de su potencial real. Es claro que la modernización y simplificación del paso de mercancías por las fronteras es un elemento indispensable para acrecentar los intercambios y elevar la competitividad. Por ello, habremos de explorar alternativas para lograr ese objetivo, entre ellas el desarrollo del Corredor Pacífico y el financiamiento mexicano de proyectos regionales mediante el Fideicomiso de Infraestructura para Países de Centroamérica y el Caribe.
Habremos de intercambiar puntos de vista sobre los flujos migratorios que prevalecen en la región. En este rubro debemos partir del hecho de que la desaceleración económica en los países de destino final de los migrantes ha tenido un impacto significativo en el número de personas que emigran desde Centroamérica, así como en los montos de sus remesas hacia sus países de origen.
Los gobiernos participantes compartimos la preocupación por el incremento en los riesgos y amenazas a la integridad de las personas en su tránsito por los países de la región. México ha ofrecido intensificar las medidas de prevención y de carácter social.
No podremos dejar de lado la temática de la seguridad regional. A partir de un diagnóstico común de la situación y de las prioridades que los propios países centroamericanos establecieron en el documento denominado Estrategia de Seguridad de Centroamérica, intensificaremos la cooperación para hacer frente a la delincuencia organizada. En este esfuerzo de alcance global, iniciado en junio de 2011 durante la Conferencia de Guatemala, la experiencia y los programas desarrollados por Colombia resultan de gran valor. México pondrá el acento en el fortalecimiento de las instituciones, en la prevención del delito y en la indispensable contribución de las políticas sociales para conformar una región próspera, segura y en paz.
El Presidente Enrique Peña Nieto ha tomado la determinación de que México se conduzca como un actor con responsabilidad global. Esto quiere tener como punto de partida una asociación estratégica con nuestros vecinos inmediatos, en la que México sea fuente de iniciativas y marche a la cabeza de proyectos comunes. Con un espíritu de apertura, hemos convocado a esta cita en San Cristóbal de las Casas, que será toral en las relaciones para la integración de nuestras naciones.
*Secretario de Relaciones
Exteriores de México.