AHUACHAPAN. Entre el malestar de vendedores, la alcaldía de la cabecera, inició el lunes un reordenamiento de las ventas informales que se ubican en las calles aledañas a los mercados, luego que el viernes inaugurara la plaza Doctor Alfredo Espino.
Muchos vendedores dicen que han resentido una disminución en las ventas.
Sin embargo, la mayor parte de la población avala la decisión, bajo el argumento de que se recuperan espacios usurpados por dicho sector durante años.
Las arterias intervenidas son las avenidas Dos de Abril y Francisco Menéndez Norte; además de la 8a y 10a. Calle Poniente.
En el caso de las ventas en la Avenida Dos de Abril y la 8ª Calle Poniente, están siendo trasladadas a la plaza recién inaugurada, ya que esta cuenta con un espacio techado destinado para que las ventas informales se instalen.
Las otras arterias están siendo señalizadas con líneas amarillas para que los vendedores no ocupen gran parte de las calles.
Con ello pretenden que el tráfico vehicular sea fluido.
Este era afectado, principalmente, los fines de semana cuando era mayor el número de ventas informales que se tomaban las calles.
Quejas y abusos
Vilma Cashpal relató que a las 11:00 de la mañana del martes, apenas había vendido $1 en verduras, por lo que no avalaba la medida municipal.
Mientras que Juana de la Cruz reconoció que tiene un local en la Plaza 2 de Abril; pero no vende, por lo que ha tenido que irse a la calle para obtener ganancias, ya que trabajan con créditos.
“Si con el ordenamiento nos metemos todas, logramos vender pues la gente está acostumbrada a comprar al paso, como se dice”, señaló.
Luis Rivas, comerciante de frutas y verduras que aún se mantiene en la calle, dijo que con la señalización de las vías están “amontonados”.
“Sólo he vendido tres dólares que no alcanzan ni para el almuerzo de mis hijos; pero así vamos pasando, con solo que nos dejen vender”, expresó desconsolado.
La nueva plaza fue construida entre agosto de 2015 y abril de este año a través de una inversión de $200,000.
Cuenta con 35 locales comerciales abastecidos con servicio de agua y luz, y una galera que albergará a 120 vendedores ambulantes.
La encargada de la plaza, Alicia de Magaña, expresó que en la galera pretenden que por la mañana se instalen los vendedores que llegan de la zona rural; mientras que por la tarde, los que provienen del área urbana y que comercializan comida típica.
El administrador del mercado número dos, Mauricio Lainez, dijo que algunos vendedores tienen locales en dicho centro de abasto, por lo que están verificando la situación para no entregarles un nuevo espacio en la nueva plaza.
A pesar de que señaló que han mostrado disposición para ocupar los espacios, los vendedores señalaron ante El Diario de Hoy, su descontento por el reordenamiento.
El alcalde Abilio Flores, reconoció que no todas las ventas serán reubicadas por lo que algunas deberán de mantenerse en las calles mientras buscan una solución.
Esto es algo que no cae en gracia entre los vendedores ni vecinos.
Varios de los que venden diferentes productos en las calles, consideran que quienes se queden en ellas, tendrán ventaja sobre quienes sean llevados a la plaza Alfredo Espino o a la galera cercana.
“La gente está mal educada a comprar al paso”, expresó un ciudadano.
“Han dejado crecer el problema y ya es muy grande, pero si no lo hacen ahora, después será peor”, piensa Carlos Guzmán, quien con frecuencia visita la ciudad y ha notado el aumento de ventas.