Sobre la "remontada épica"

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19 abril 2013

N

icolás Maduro fue juramentado ayer como presidente de Venezuela, pero esto no termina: lo que podría empezar a sacar a ese país del limbo político fue el anuncio hecho la noche del jueves por la presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE) Tibisay Lucena, de marcada tendencia chavista, de que auditarán el 46% de las mesas restantes, tal como pidió la oposición venezolana. El primer 54% fue auditado, in situ, el día de la elección. Además de ser un recurso de ley era lo correcto de hacer ante un resultado tan cerrado en un país que, dicho sea de paso, se ha venido tomando y promoviendo para otros la toma de las instituciones a favor de "la revolución bolivariana".

"El Comando Simón Bolívar acepta lo que el CNE le ha anunciado al país", dijo a los pocos minutos de la cadena del Consejo Nacional Electoral el líder de la oposición venezolana, Henrique Capriles Radonski, al precisar que la auditoría se hará a unas doce mil cajas de votos. "En esas doce mil cajas están los problemas", señaló tras precisar que la oposición sabe dónde buscar. El proceso durará un mes aproximadamente con técnicos que representarán a ambos equipos de campaña; habrá informes cada diez días. La presidenta del CNE dijo, que según la ley, los tiempos comenzaban a correr desde la juramentación de quien esa instancia proclamara como presidente, lo cual tuvo lugar ayer.

Si alcanza o no el recuento para declarar como ganador de la elección a Capriles no es para mí el punto más relevante como que sean ahora dos mitades en Venezuela, una creciente oposición y la decreciente chavista. O puede explicarse en otra forma que hace tan sólo un mes, cuando se preparaba Capriles para iniciar la campaña de dos semanas de duración, lo que pedía era "remontada épica" y ahora vayan a auditar el ciento por ciento de las cajas de votación. Veinte, quince puntos de ventaja sobre Capriles le daban a Maduro durante el funeral de Hugo Chávez y si bien fue mal candidato el delfín, el error estratégico de haberle querido convertir en clon de Chávez no fue suyo.

Vi la cadena del CNE el jueves por la noche y luego la intervención de Capriles. En Venezuela ya no puede hacer el chavismo lo que le venga en gana, pensé. Nueve horas de deliberación tuvieron los cinco miembros del CNE, cuatro chavistas y uno no, para decidir la solicitud de recuento hecha por la oposición. Me alegra que se hayan decidido por continuar la auditoría. Es lo correcto de hacer moral y jurídicamente y ello da visos de solución a un conflicto político que parecía estar empezando a escapárseles de las manos con las imprevisibles consecuencias que eso pudiera haber llegado a tener en un país polarizado en extremo y con tan altos índices de criminalidad.

El principal problema de los venezolanos es la violencia, porque nada es más importante que el respeto a la vida y a la integridad del ser humano. Pero también la economía está hecha añicos, vaya paradoja en un país tan rico que tiene las mayores reservas de petróleo del mundo. Los recientes paquetazos han lanzado a las nubes los precios de los productos existentes y el chavismo carece de respuesta a los problemas del día a día. Más allá del resultado del recuento lo que va quedando claro es que se va hacia una nueva Venezuela poschavista donde la mitad de los venezolanos, de la creciente tendencia opositora, tendrán más que decir y hacer por su país. Ojalá se reencuentren entre hermanos.