Tortuga marina peligra en isla

Alcalde pide ayuda a las autoridades

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Meanguera del golfo es un municipio insular con muchas necesidades

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02 April 2016

LA UNIÓN. Cada año las tortugas marinas llegan a desovar a las playas El Corozal y Guerrero, en el municipio insular de Meanguera del Golfo. Sin embargo, ante la falta de un vivero y de programas de protección a esta especie, los huevos son comercializados o consumidos por personas de la zona.

Los pobladores y autoridades de la isla confirman que con frecuencia aparecen tortugas muertas, a las que les han sacado los huevos, e incluso, usar su caparazón.

La situación es tan grave que, en diciembre pasado, el alcalde Luis Dheming realizó una denuncia a través de sus cuentas de redes sociales buscando apoyo de las autoridades de Medio Ambiente a fin de parar la matanza de quelonios en la zona.

Publicó imágenes de una tortuga muerta flotando en el mar y aseguraba que había personas matando a los quelonios, por lo que solicitaba una investigación a las autoridades medioambientales.

Pese al problema y a las quejas del edil, este asegura que la comuna no puede hacer mayor cosa por falta de recursos.

Lo ideal sería montar un vivero para la protección de los huevos de tortuga, pero se requiere de inversión, algo que la alcaldía no puede hacer por falta de fondos. Eso les ha llevado a buscar apoyo de algunas organizaciones que promueven proyectos ambientales, aunque hasta el momento no han tenido resultados.

“Cuando hice la denuncia, un técnico del Marn se comprometió coordinar con la Policía e Infantería de Marina para realizar acciones de patrullajes”, dijo el edil.

La ministra de Medio Ambiente, Lina Pohl, acotó que están trabajando para que en la zona del golfo de Fonseca se monte un programa de protección de la tortuga marina.

“Esperamos que se haga a través del Fondo de Iniciativa de Las Américas (FIAES) porque es una zona prioritaria para llevar esos proyectos”, declaró Pohl.

Los pescadores artesanales y habitantes de las comunidades isleñas aseguran que nunca ha existido un proyecto de vivero, a pesar que cada año son grandes cantidades de huevos que llegan a depositar las tortugas.

Una parte de los huevos la gente la utiliza para el consumo y el resto es  comercializado.

Ejemplos a seguir

La alcaldía de Meanguera quiere desarrollar el proyecto de viveros de huevos de tortugas, partiendo de ejemplos en las playas El Tamarindo y El Maculís, en el municipio de Conchagua, La Unión.

Un ejemplo de apoyo es la Fundación para el Desarrollo de El Tamarindo (Fundatamarindo) que el año pasado invirtió en la ampliación del criadero que sostienen en El Tamarindo.

La fundación invierte un aproximado de 5 mil dólares anuales en su funcionamiento que se ubica en el patio de la casa de un lugareño, quien es el encargado de trabajar y cuidar el proyecto ambiental.

Otro ejemplo es José Napoleón Recinos, quien es el encargado del cuidado en el criadero de tortugas que funciona en playa El Maculís.

Recinos, pese a que en el primer trimestre del año no es temporada de desove de huevos de tortuga, se mantiene pendiente de los pocos quelonios que llegan a depositar huevos a la arena de la playa.

Lo que busca es evitar que los huevos, escasos en esta época, sean comercializados, razón que lo mueve a mantenerse custodiando la playa.
Ha creado su propio plan de vigilancia y cuidado de los huevos, siempre en el mismo vivero. 

El plan consiste en que vende los huevos que colecta, a familias acomodadas de la zona ( pero sin entregárselos) y luego va a depositarlos en el vivero de Maculís.

La recompensa para sus clientes es que cuando han nacido las tortugas, les avisa para que lleguen junto a sus familiares y amistades a liberarlas.

“En diciembre, enero, febrero y marzo hay menos desove, pero siempre salen tortugas y para evitar que esas docenas de huevitos vayan a parar al comercio, prefiero estar pendiente, agarrarlos y traerlos a sembrarlos”, dijo satisfecho.

En El Corozal y Guerrero los proyectos están pendientes.