Padres de niños que tienen autismo y otros trastornos del desarrollo, así como docentes de escuelas y miembros de Olimpiadas Especiales se dieron cita ayer a la conmemoración del Día Mundial de la Concienciación del Autismo que llevó a cabo la Fundación San Andrés, en el Complejo Deportivo El Corralito, ubicado a la altura del kilómetro 26 de la carretera hacia Santa Ana.
La fundación impulsó la actividad como parte del programa de Equinoterapia que desarrolla con miras a ayudar a los niños con capacidades especiales.
“Aquí en Equinoterapia tenemos varios síndromes o discapacidades que atendemos, entre ellas el autismo, por eso es que estamos haciendo este evento para conscientizar a la gente y que sepa lo que es el autismo”, explicó Eugenia Vides, gerente de la Fundación San Andrés.
Durante la actividad Jaime Guardado, padre de un pequeño con autismo, presentó el monólogo denominado “Un visitante inesperado”, a través del cual explicó al público cómo se sienten los padres cuando sus hijos empiezan a mostrar conductas extrañas, cuando son diagnosticados con el síndrome del autismo, la etapa de negación, la búsqueda de ayuda y la lucha por lograr que sean incluidos en la sociedad.
Jaime Guardado durante su presentación. Foto EDH/ Mauricio Cáceres
Tras el monólogo se desarrolló un foro en el que participaron una madre de familia, la docente de una escuela de la zona donde atienden a niños autistas y un terapista. Durante el evento no sólo abordaron el problema que enfrentan los padres de familia para escolarizar a los niños que tienen este trastorno, sino también quedó claro que el gobierno y los educadores tienen que hacer esfuerzos por lograr que estos pequeños se puedan integrar al sistema educativo público y a la vida laboral.
Como parte de la actividad hubo representaciones de súper héroes con la idea de simbolizar el esfuerzo sobrehumano que hacen los padres de los niños con autismo. De hecho muchos padres se entusiasmaron por tomarse fotografías con los personajes de los cómics.
Los asistentes también se entusiasmaron con las demostraciones ecuestres que realizaron jóvenes que son atendidos en la fundación y que este año ganaron una competencia regional.
La gerente de la fundación expresó que todo niño que llega en búsqueda de terapias con caballos ya tienen que contar con un diagnóstico (autismo, síndrome de Down, parálisis cerebral) y allí se le hacen evaluaciones para ver si son aptos para ese tipo de tratamiento.
“En la equinoterapia lo que ocurre es que el caballo con su movimiento tranquiliza a la persona, y eso es lo que ayuda a todos los niños”, aseveró Vides.
Según detalló, en la actualidad tienen entre 50 y 55 niños con distintas discapacidades o síndromes recibiendo equinoterapia, entre diez y doce de ellos son autistas.
Jaime Guardado explicó que gracias a este tipo de terapia su hijo, Ariel, ha tenido avances en la parte motora y en cuanto al equilibrio. Sin embargo, aclaró que estos logros no se han dado de la noche a la mañana ya que ya han asistido a 54 sesiones.
“Es un trabajo en el que uno tiene que ser perseverante y constante, no interrumpir el proceso porque entonces el avance se bloquea”, precisó.
Los súper héroes también participaron en la actividad. Foto EDH/ Mauricio Cáceres
Jaime, quien en aras de ayudar a su hijo estudio docencia, comentó que su vástago ahora tiene nueve años y empezó a escolarizarse en un colegio, pero con el tiempo lograron que se integrará al Centro Escolar Las Moras, donde los maestros han puesto de su parte para ayudarle.
El joven padre reitera que en este país lograr que los niños sean aceptados en la escuela regular es difícil porque los centros ni los docentes están preparados para ello.
“El reto nuestro fue llevarlo a la escuela pública porque era importante que él tuviera contacto con los otros niños para que socializará y afortunadamente hemos tenido experiencias muy gratas en el centro escolar”, agregó Guardado previo a su interpretación en el monólogo.