Escándalo por hackeo de elecciones salpica a El Salvador

Revista Bloomberg Businessweek de EE. UU. entrevista a hackeador colombiano 

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01 April 2016

Un hackers de origen colombiano llamado Andrés Sepúlveda y que está preso en Colombia, ha suscitado un escándalo al revelar cómo a través de la tecnología manipuló la opinión pública e influyó en las victorias de candidatos en campañas presidenciales en varios países,  incluyendo El Salvador. La historia la cuenta el mismo hacker a la revista estadounidense especializada en temas de negocios Bloomberg Businessweek a través de un amplio reportaje titulado “Cómo hackear una elección”. En esta detalla la manera en que operaban en asocio con el reconocido estratega y asesor de campañas políticas Juan José Rendón, quien ya salió al paso de estos señalamientos negando vínculo con el colombiano para hacer actividades ilícitas.  

Sepúlveda dice que junto a varios equipos de trabajo y contratados por Rendón, en su mayoría, trabajó en las presidenciales en El Salvador, Nicaragua, Panamá, Honduras, Colombia, México, Costa Rica, Guatemala y Venezuela.  Pese a que se menciona a El Salvador , en ninguna parte del reportaje se detalla qué tipo de actividades realizó aquí como sí lo hizo al referirse a los otros países.

El vínculo entre Rendón y El Salvador se conoció en 2014, cuando el entonces candidato presidencial por ARENA, Norman Quijano, confirmó que el estratega venezolano era parte de su equipo de asesores de campaña.

Pero de esa relación la revista no ahonda. Nada más refiere al hecho de que en 2014, el entonces presidente salvadoreño Mauricio Funes, “acusó a Rendón de orquestar campañas de guerra sucia dentro de Latinoamérica” y el venezolano lo demandó en Florida por difamación. Concluye en que esa corte “desestimó el caso señalando que no se podía demandar a Funes por sus actos oficiales”.

Pero de su labor en Honduras, según la revista, Sepúlveda “defendió el sistema computacional y comunicacional del candidato presidencial Porfirio Lobo Sosa, de hackers empleados por sus opositores”.

En Guatemala, asegura que “interceptó digitalmente datos de seis personajes del ámbito de la política y los negocios y dice que entregó la información a Rendón en unas memorias USB encriptadas que dejaba en puntos de entrega secretos”.

En Nicaragua, en 2011, dice que atacó a Daniel Ortega, quien se presentaba a su tercer período presidencial, pero asegura fue “una de las pocas ocasiones en las que trabajó para otro cliente y no para Rendón” y que allí infiltró la cuenta de correo electrónico de Rosario Murillo, esposa de Ortega y principal vocera de comunicación del gobierno, y robó un caudal de secretos personales y gubernamentales”.

En Venezuela, en 2012, dice haber interceptado el correo electrónico de Diosdado Cabello, uno de los hombres más poderosos del gobierno chavista y en ese entonces presidente de la Asamblea Nacional.  

También dice haber movilizado al grupo activista Anonymous para atacar el sitio web de Hugo Chávez.

Dice que proporcionó “pantallazos” (capturas de pantalla) de decenas de correos electrónicos y varios de los correos originales escritos en jerga hacker.

“Dos semanas antes de la elección presidencial en Venezuela, Sepúlveda envió pantallazos mostrando cómo había infiltrado el sitio web de Chávez y cómo podía activarlo y desactivarlo a voluntad”, dice el reportaje.

“Mi trabajo era hacer acciones de guerra sucia y operaciones psicológicas, propaganda negra, rumores, en fin, toda la parte oscura de la política que nadie sabe que existe pero que todos ven”, dijo al definir su trabajo.

Andrés Sepúlveda cumple una condena de 10 años en su país  por los delitos de uso de software malicioso, conspirar para delinquir, violación de datos y espionaje conectados al hackeo de las elecciones de Colombia de 2014.

Según el hacker, llegó a ganar entre $12 mil a $20 mil al mes, según la calidad del trabajo que hacía, pero que pudo haber ganado más si no fuera por su convicción ideológica de derecha.

Los casos mexicano y colombiano

Uno de los trabajos que más se detallan en el reportaje fue el que supuestamente hizo en  México, donde dice  que hackeó a un jefe político que resultó tener conexiones con un cártel de drogas, pero que Rendón al conocer de ese plan lo ayudó a no ser descubierto.

Pero el trabajo mayor fue el que habría hecho en favor de la candidatura del ahora presidente de México, Enrique Peña Nieto. Según Sepúlveda, interceptaron teléfonos y computadoras de diversas personas y del candidato del partido de izquierda PRD, Andrés Manuel López Obrador.

Dice que logró informarse de una preocupación del equipo interno de campaña de López Obrador de que mientras más subía en las encuestas ponía en mayor riesgo la caída del peso (la moneda mexicana).

Aunque dice que no sabe el origen de un vídeo que incriminaba a uno de los asesores de campaña de López Obrador pidiendo $6 millones a un empresario, Sepúlveda sí admite que espiaron a ese asesor, Luis Costa Bonino, durante meses interceptando su teléfono.

También revela que se gastó importantes sumas de dinero para realizar su trabajo, entre ellas una de $50 mil para comprar un software ruso de alta gama que interceptaba rápidamente teléfonos Apple, Blackberry y Android, más otra no especificada para crear perfiles falsos de Twitter que habían sido mantenidos un año y les daba cierto grado de credibilidad.

“Sepúlveda administraba miles de perfiles falsos de este tipo y usaba las cuentas para hacer que la discusión girara en torno a temas como el plan de Peña Nieto para poner fin a la violencia relacionada con el tráfico de drogas, inundando las redes sociales con opiniones que usuarios reales replicarían”, se consigna en la publicación de Bloomberg.

Además detalla que “con un presupuesto de US$600.000, el trabajo realizado para la campaña de Peña Nieto fue por lejos el más complejo.

Encabezó un equipo de seis hackers que robaron estrategias de campaña, manipularon redes sociales para crear falsos sentimientos de entusiasmo y escarnio e instaló spyware en sedes de campaña de la oposición, todo con el fin de ayudar a Peña Nieto, candidato de centro derecha, a obtener una victoria”.

Para el colombiano, “tener un teléfono hackeado por la oposición no es una gran novedad”, dice , y agrega que está “cien por ciento seguro”, que la campaña presidencial en EE. UU.  está siendo alterada así.

Sobre las confesiones de Sepúlveda, el partido de Peña Nieto (el PRI) dijo no tener conocimiento de que Rendón hubiese prestado servicios para la campaña de Peña Nieto pese a que  Rendón dice haber trabajado desde 2000 a la fecha para candidatos del PRI.

Mientras que desde la Presidencia de México expresaron en un comunicado lo siguiente: “Rechazamos el uso de la información y metodologías planteadas por dicho artículo. La planeación, dirección y ejecución de dicha campaña presidencial fue realizada por dirigentes, militantes y simpatizantes del Partido Revolucionario Institucional”, indicó en un comunicado, y defendió que el triunfo de Peña Nieta obedeció “única y exclusivamente,  al respaldo libre, informado y mayoritario del electorado mexicano”.  

Sobre otras campañas mencionadas, Bloomberg Businessweek dice que “fueron contactadas a través de ex y actuales voceros; ninguna salvo el PRI de México y el Partido de Avanzada Nacional de Guatemala quiso hacer declaraciones”.

En su natal Colombia, dice Sepúlveda que declinó trabajar junto a Rendón en favor de un partido que llevaba de candidato a Óscar Iván Zuluaga, apoyado por el expresidente Álvaro Uribe y que se oponía al diálogo con las FARC. En vez de hacer esto se sumó, por línea ideológica, a Zuluaga y parte del trabajo que hizo fue hackear teléfonos y correos electrónicos de militantes de las FARC, entre ellos Rodrigo Londoño, alias Timochenko.  

Esto, dice le costó su libertad y un día mientras fumaba en su oficina, vio llegar una caravana de 40 agentes de investigación de la Fiscalía de Colombia y lo arrestaron.

Hoy dice ayudar a la Fiscalía a rastrear y alterar a cárteles de drogas usando una versión modificada de su software Depredador de Redes Sociales con las que antes contraatacaba tapando muros de Facebook y los feeds de Twitter de los candidatos.

Incluso, dice le sirve para identificar a reclutadores del grupo islamista ISIS o EI.

“Yo trabajé con presidentes, personalidades públicas con mucho poder e hice muchísimas cosas que finalmente, de absolutamente ninguna me arrepiento porque lo hice con plena convicción y bajo un objetivo claro, acabar las dictaduras y los gobiernos socialistas en Latinoamérica”, dice Sepúlveda desde la cárcel.

J. J. Rendón niega contrató a hacker para actos ilegales

¿Hubo o no una relación entre el hacker colombiano Andrés Sepúlveda y el estratega venezolano Juan José Rendón?  Tras las declaraciones de Sepúlveda a la revista Bloomberg Businessweek de que junto con Rendón trabajó en la manipulación de campañas presidenciales en distintos países del continente, Rendón admitió haberlo conocido y contratado para trabajos legales.  

“Si hablé con él, puede haber sido una o dos veces, en una sesión grupal sobre eso, sobre el sitio web”, declaró el reconocido asesor político, y que “en ningún caso hago cosas ilegales. Hay campañas negativas. No les gusta, de acuerdo. Pero si es legal lo haré. No soy un santo, pero tampoco soy un criminal”.

Al periódico español El País, Rendón dijo que “a Sepúlveda lo he visto solo una vez en mi vida, pero nunca le he dado la mano ni me he tomado un café con él”.

A CNN en Español declaró que nunca trabajó con él en ninguna campaña en México ni en ningún otro lado.

Según Sepúlveda, destruían todo rastro de sus trabajos pero se quedó con algunos registros a manera de “póliza de seguro”.

Bloomberg Businesswek dice haber recibido de Sepúlveda correos electrónicos que, según él, demuestran conversaciones entre él, Rendón y la consultora de este último, acerca del hackeo y el progreso de ciberataques relacionados a campañas.  

Rendón asegura que los correos electrónicos son falsos, pero la revista dice haberle encargado a una empresa independiente experta en informática el análisis de dichos correos y este demostró que son auténticos.

El hacker relata que su primer trabajo consistió en “infiltrar el sitio web de un rival de (expresidente de Colombia, Álvaro) Uribe, robar una base de datos de correos electrónicos y enviar correos masivos a los usuarios con información falsa”. Dice haber recibido por ese trabajo $15.000 en efectivo por un mes de trabajo, cinco veces más de lo que ganaba  como diseñador de sitios web.

Luego pasó a otro nivel: reunió equipos que espiaban, robaban y difamaban  en representación de campañas presidenciales dentro de Latinoamérica.

“Rendón, indica Sepúlveda, se dio cuenta de que los hackers podían integrarse completamente en una operación política moderna, llevando a cabo ataques publicitarios, investigando a la oposición y hallando maneras de suprimir la participación de un adversario”.

“Me di cuenta que las personas creen más a lo que dice Internet que a la realidad, descubrí que ‘tenía el poder’ de hacer creer a la gente casi cualquier cosa”, dice Sepúlveda.

El reportaje cuenta cómo este colombiano inscribió un software llamado “depredador de redes sociales” que servía para administrar y dirigir un ejército virtual de cuentas falsas de Twitter con el que cambiaba rápidamente nombres, fotos de perfil y biografías para adaptarse a cualquier circunstancia.

Según el colombiano, Rendón le entregaba una lista con nombres de objetivos, correos electrónicos y teléfonos, él ingresaba en un archivo encriptado y luego quemaba el papel o lo tiraba al inodoro. Cada vez que culminaba un trabajo destruían evidencias.

Según la publicación, para la mayoría de trabajos los equipos asignados se reunían en casas alquiladas en Bogotá. Eran equipos de 7 a 15 hackers que se rotaban y provenían de distintas partes de Latinoamérica. El trabajo demoraba  desde unos días a varios meses.