En todas las barras shows las bailarinas deben de pagar “cuotas” por estar ahí, comprar todo lo que necesiten; la obligación en estos sitios es que todo lo deben adquirir en el mismo lugar, tal como narraron Luisa y Fernanda.
En la mayoría de los establecimientos hay una tienda donde les venden desde las botas y zapatos de plataforma, pasando por los trajes y accesorios, hasta llegar a las tangas; en algunos casos los clientes se las pueden “regalar” como propina por los servicios prestados. Es prohibido adquirir cualquiera de esos productos fuera del club, afirman todas.
También reciben y deben pagar por los servicios de salón de belleza que son proporcionados por estilistas dentro del local y, además, pagar un porcentaje en concepto de seguridad y meseros del sitio. “Aunque no lo creas, hasta el papel higiénico y agua nos cobran”, afirma Fernanda.
Fernanda recuerda el caso de una chica que trabajó en uno de esos dos lugares y que cansada de los atropellos que vivía a diario en el establecimiento creó en su momento un muro de denuncia en Facebook (Alejandra Denuncias L...) donde colocaba lo que consideraba “injusticias” y hacía reclamos hacia los dueños del negocio, lo cual derivó en una disputa digital entre la chica y los propietarios.
Otro de los lugares tampoco se queda atrás, según comentó Carmen. “Aquí la gerente y los propietarios nos hacen comprar los trajes para los eventos especiales que se realizan cada fin de semana; cada uno de los vestidos ronda los 30 dólares y son cuatro al mes, equivale a unos 120 dólares que nosotras mismas pagamos”, detalla.
Las chicas coinciden en que carecen de las mínimas prestaciones laborales que en cualquier empresa o negocio podría proporcionarles como Seguro Social, AFP y vacaciones, entre otras; es más, aclaran que en época de vacaciones en uno de los negocios ubicados en la colonia Escalón trabajan de corrido de domingo a domingo, sin que ello les signifique un reconocimiento especial.
En algunos lugares las exigencias van más allá, ya que solamente les aceptan incapacidades médicas proporcionadas por Unidades de Salud cercanas a sus viviendas y si no logran comprobar una inasistencia documentada son multadas por lo menos con 150 dólares por una noche de inasistencia.
No existe un control del Estado, a través de sus instituciones responsables como los Ministerios de Trabajo, Hacienda o del ISDEMU, PNC y CAM, entre otras.