Otro de los servicios es el VIP, el cual consiste en que el cliente paga por una botella de licor que puede ir desde vodka hasta champaña, cuenta Fernanda. “Aquí el trato al cliente es aún más íntimo, es una sala aislada del resto del club donde los clientes tienen un tiempo de una o dos horas, dependiendo del costo de la bebida solicitada, y puede estar con la chica de su elección, la cual realiza las actividades que el cliente pida, desde bailar, desnudarse, platicar y, sobre todo, beber con él”.
Además, en esa sala VIP, afirma Fernanda, hay libertad para que la chica realice otras “actividades” que acuerden con el cliente y lo que cobran es ganancia exclusiva para ella y, dependiendo del servicio prestado, ellas pueden recibir la invitación para verse fuera del club, ya sea para ir a la playa, hotel o apartamento; todo ello, siempre y cuando se llegue al precio adecuado para ambas partes.
Alicia cuenta que hay otro servicio que prestan, por ejemplo: la salida con los clientes entre las tres y seis horas o toda la noche las cobran desde 300 hasta 600 dólares y la ganancia es del 50% para el club y del 50% para la involucrada, pero siempre con la obligación de salir del club y regresar allí.
“Es totalmente prohibido que las chicas se vean o salgan con los clientes al salir de trabajar, si alguna de ellas es pillada infringiendo esta norma recibe una multa hasta de 300 dólares, o se puede llegar hasta el despido por la reincidencia”, afirma Fernanda.
Añade que “es prohibido ser demasiado cariñosa con los clientes durante el tiempo que estén departiendo con ellos en la sala principal, acciones que no siempre son cumplidas”.
Una falta de esas fue cometida por Carmen, quien fue multada y se vio obligada a renunciar por no poder pagar el monto de la sanción impuesta, según relató.