A casi dos años de lo que Estados Unidos calificó como una crisis migratoria, debido al gran número de menores de edad que intentaron cruzar sus fronteras en 2014, el panorama tiene ahora otro matiz: los menores sin papeles que llegan a la frontera Sur de EE. UU. son mucho menos que en 2014... pero su número ha aumentado en México.
Hasta el 17 de marzo pasado, las autoridades mexicanas habían deportado a 1,138 menores de edad salvadoreños; un 53.4 % más que los deportados el mismo periodo de 2015, cuando la cifra fue de 742, según estadísticas de la Dirección General de Migración y Extranjería (DGME).
Con estas cifras a inicio de año, no sería de extrañar que se lograra igualar el número total de menores de edad deportados desde México durante 2015, el cual fue de 7,542. Mientras que los deportados desde EE. UU. solo fueron 4.
La cifra de niños y adolescentes deportados desde México el año pasado duplicó la de 2014, cuando el total de deportados desde ese país fue 4,946 y no hubo deportaciones de menores de edad desde Estados Unidos, según datos de la DGME.
Pese a que México parece contener el flujo de menores de edad migrantes, el Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos informó que respecto al año fiscal 2015, el número de niños y adolescentes detenidos por la patrulla fronteriza es aún menor que los detenidos durante 2015, pero la tendencia es al alza.
Por esa razón, según una nota publicada en la página web del Departamento de Seguridad Nacional: “La oficina de Reubicación de Refugiados en el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) ha iniciado un proceso para ampliar su capacidad temporal para albergar a los niños no acompañados”.
La nota continúa:“Como hemos destacado en los últimos meses, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS) y el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS) han observado un aumento en el número de niños no acompañados (UAC) y las unidades familiares detenidos a lo largo de la frontera suroeste”.
Aunque para el DHS detener el flujo migratorio es un asunto de seguridad, la nota advierte:“Seguimos trabajando agresivamente para asegurar nuestras fronteras, frente a las causas subyacentes y para disuadir futuros aumentos de la migración no autorizada, garantizando al mismo tiempo que los que tienen legítimas causas humanitarias tengan la oportunidad de buscar protección”.
Durante el Tercer Viacrucis del Migrante llevado a cabo el 18 de marzo en el parque Libertad de San Salvador, se dijo que la migración de niños debería interpelar a la sociedad, pues ellos son “los más vulnerables”.
Organizaciones como el Comité de Familiares de Migrantes Desaparecidos (Cofamide), Cáritas y la Pastoral del Migratoria de la Arquidiócesis de San Salvador expresaron el último viernes de Cuaresma durante un viacrucis: “Nos preocupa que hoy en día veamos desde el país de origen con indiferencia la migración de niños y niñas solos o no acompañados; y que en los países de tránsito y destino únicamente les preocupen las estadísticas, y no vean el drama y las razones de fondo que los obligan a viajar en tales condiciones”.
El padre Mauro Verzeletti, director de la pastoral migratoria y misionero de San Carlos Scalabriniano considera que las causas de la migración son “la pobreza, la injusticia social y los altos índices de violencia”.
Ni los adultos pasan de México
Las cifras de la DGME revelan otra realidad: Aunque el número general de deportados vía aérea disminuyó 24.8% en 2015 respecto a 2014, el total de deportados aumentó 1.8 % de un año para otro y las deportaciones procedentes de México crecieron un 36.2 %.