El objetivo de un servicio de emergencia es atender a las personas que por la naturaleza de su enfermedad ameritan atención profesional inmediata para salvar la vida, evitar complicaciones o secuelas graves, aliviar o suprimir el sufrimiento y devolver la salud dentro de las posibilidades de cada enfermo.
En los países civilizados estas dependencias son lugares tranquilos nunca abarrotados, limpios y relucientes, su eficacia se mide en la forma oportuna en que atienden los lesionados, personas que se encuentran en shock por sangramiento masivo, pacientes con un infarto del miocardio o que acaban de sufrir un accidente cerebrovascular. Nomás llegan los interrogan si eso es posible, los examinan y sin pérdida de tiempo les realizan los estudios pertinentes para definir o aclarar el diagnóstico y proceder de inmediato con el tratamiento.
En El Salvador entrar a la Emergencia de un hospital es como ingresar a un consultorio que parece mercado o feria, gente con una diversidad de dolencias que van desde traumas contusos, micosis infectadas, dolor de muelas, colitis nerviosa a situaciones verdaderamente delicadas. Por momentos no se sabe quiénes son los médicos, los empleados o los enfermos. El decir del público es que solamente atienden a "los que van boqueando", los demás esperan pocas o muchas horas, casi siempre no menos de cuatro.
Por 1970, el ISSS trajo de México el sistema del "screening" que consistía que un facultativo seleccionaba quiénes debían ser atendidos como urgencia y quiénes reorientados hacia la consulta general con ayuda de una trabajadora social.La modalidad funcionó al principio y más temprano que tarde se "acelhuatizó" y degeneró, a la postre el consultante recibía dos consultas con la consiguiente pérdida de tiempo, la del médico seleccionador y la del médico que lo espera en el consultorio de Emergencia.
El último intento para poner orden en Emergencia lo hizo el ISSS hace escasamente un par de años, consiste en clasificar los pacientes de conformidad con su nivel de riesgo con la idea de establecer prioridades para su atención, naturalmente los casos obvios pasan directamente.
Un colega que se desempeñó como médico seleccionador en la Emergencia de un hospital me comenta que a su manera de ver, dos son las causas de los problemas: (1) El desconocimiento que tiene el público de cómo hacer buen uso de los servicios hospitalarios y (2) La ausencia de educación en salud que hace que muchas personas, no tengan claridad sobre el concepto de urgencia médica.
*Dr. en Medicina.
Colaborador de El Diario de Hoy.